ANÁLISIS

Los cinco pecados mortales de Machín

Los cinco pecados mortales de Machín
Machín, tras despedirse en la sala de prensa. - Carlos Pérez
Carlos PérezCarlos Pérez4 min lectura
Queda, tras su cese, una sensación muy parecida a la que dejó la marcha de Marcelino. Al menos, no son pocos los que piensan que Pablo Machín es entrenador, pero que llegó a Nervión en el momento equivocado y que ha sido víctima de la improvisación de una dirección deportiva improvisada, ante la poca pericia del club para contratar a un experimentado profesional que reemplazase al saliente Óscar Arias

Seguramente, en definitiva, Machín no sea el único culpable de la irregular marcha del Sevilla durante este 18/19, pero resulta evidente que el soriano tenía mimbres para hacer bastante más de lo que estaba haciendo últimamente. Desde diciembre, más bien. 

Éstos son los errores de Machín que han terminado desembocando en su destitución: 

1. No imponerse en los mercados. Para poder desarrollar su idea de juego, el ex del Girona necesitaba jugadores muy específicos para determinadas posiciones, pero no consiguió que Caparrós le trajese a Portu -ni 'un Portu'- en verano, ni tampoco un delantero del perfil de André Silva en enero. Aun imponiéndose a veces por el aire, el técnico no ha tenido en el luso al ariete tipo Stuani que le diese sentido a su juego de constantes entradas por fuera y centros laterales. 

2. Negarse a adaptar el dibujo a la plantilla. Pese a no tener los mimbres necesarios para ni para su 3-4-2-1 inicial ni para su 3-5-2 posterior y ser evidentes los problemas del equipo, el ya expreparador blanquirrojo se negó a cambiar el dibujo y adaptarlo, como recomienda la teoría, a las características de los jugadores de los que disponía. Durante un rato lo hizo ante el Barça, firmando el Sevilla sus mejores minutos de 2019, pero eso ver que tenía futbolistas para jugar de otra manera. 

3. Malas decisiones desde el banquillo. Desde Juande Ramos, no disfruta Nervión de un entrenador con la clarividencia necesaria para modificar el signo de un partido realizando una sustitución. Es algo en lo que no se ha mostrado muy acertado Machín, pues sus cambios han servido de poco. Hasta el punto de que el Sevilla, con él en el banquillo, ha hecho menos goles tras entrar el primer hombre de refresco. El soriano podría decir que tampoco es que tuviese mucho en el banco, y no le faltaría razón.   

4. La preparación física. No era una cuestión de cansancio, sino de una preparación física deficiente. El cuerpo técnico de Machín trabajó con el equipo para que estuviese fuerte en las primeras semanas del verano, en las que se iba a jugar en las previas estar en la Europa League, y el equipo, por ello, comenzó muy por encima del resto en LaLiga, siendo incluso líder. El problema es que ello terminó minimizando la capacidad de unos jugadores poco físicos y en un sistema que obliga a un constante ida y vuelta. Las lesiones musculares se cuentan por decenas. 

5. Morir con sus ideas. No sólo Machín mantuvo su idea de jugar con un único dibujo, sino que también se negó a hacerlo con otro estilo. Ni en distintos partidos ni en determinadas fases de los mismos, cuando la ventaja en el marcador le pedía gestionar el balón de otra manera. Sin ir más lejos, en Praga, donde debió gastionar de una manera muy diferente la ventaja durante la prórroga. Pese a no ganar nunca fuera en LaLiga, además, continuó insistiendo en lo mismo. Y sí, acabó muriendo con sus ideas.
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