CRÓNICA

Girona 1-0 Sevilla: El Sevilla vota en su contra

Girona 1-0 Sevilla: El Sevilla vota en su contra
- Álvaro Palomo
Álvaro PalomoÁlvaro Palomo 7 min lectura
Cuesta explicar el planteamiento y la actitud del Sevilla con la coyuntura tan favorable con la que abordó una cita tan determinante tras la derrota del Valencia. Con tanto en liza y un rival ahogado en una pésima dinámica, no se comprende que se percibiera mayor motivación en los catalanes y que en ningún momento mostrara la ambición necesaria para ir a por el partido con la Champions al alcance. No cabe excusa para especular de tal manera y esperar a que sonara la flauta con el paso de los minutos, ni que no asomara ni un atisbo de reacción cuando el Girona recibió el fruto a sus merecimientos por fruición e insistencia. Ningún sevillista entenderá la oportunidad perdida por deméritos propios ni algunas decisiones de Caparrós y menos la acción carente de profesionalidad de Banega. Lo cierto es que, por falta de valentía y coherencia en una situación tan ventajosa, arrojó al vacío la ocasión de sentenciar al Valencia y de arrebatar la cuarta plaza a un Getafe que perdió después ante la Real, minimizando el daño.

Así las cosas, Caparrós apostó por un once similar al del Rayo, con cambios puntuales, como el regreso de Escudero a la izquierda por Promes y la entrada de Sergi Gómez por Mercado, con un cuadro vírico. Repitió el pivote mixto formado por Roque Mesa y Banega, y mantuvo a Munir pegado a la cal en la zurda después de su excelente rendimiento el jueves. Por ende, el 'Mudo' se situó en el centro, por lo que el Sevilla formaba con un 4-2-3-1 con balón y un 4-4-2 sin él. Posicionamiento que en la práctica se tradujo en un repliegue inicial ante el empuje en el arranque de un Girona que salió con cuatro atrás e impulsado por sus urgencias. Tras romperse por el centro en los primeros compases y conceder espacios para que el rival dispusiera de dos buenas llegadas, los nervionenses esperaron en sus dominios, aferrados a una salida rápida, ya fuera con velocidad en las transiciones o con un balón largo a la espalda de la zaga anfitriona, tal y como ocurrió en el 13'. Mudo habilitó a Munir, cuyo remate taponó Bono, quedando el balón franco para WBY, impreciso en su disparo.

Este aviso amainó la animosidad gerundense y asentó a los de Caparrós, más cómodos en la contención y que, aunque no mandaban en la posesión, no precisaba demasiados toques para acercarse a Bono, merced a aperturas a banda y a la movilidad en la vanguardia. Munir se descolgaba al centro, recibiendo con espacios entre líneas y generando desequilibrios en la estructura defensiva de los rojiblancos, a los que el árbitro les perdonó más de una amarilla.

Sin embargo, las ocasiones cayeron del lado local, ya fuera a balón parado, con cabezazos de Bernardo, uno despejado por Vaclik y otro al larguero, o con combinaciones cuando robaban, como la que el meta desbarató al interponerse en el pase de Portu.

Pasada la media hora, las interrupciones por faltas enfriaron el ritmo, lo que no parecía irritar en absoluto a un Sevilla más pausado que antes en la conducción, con más apariciones de Banega aunque con menos verticalidad. El choque se encontraba donde, paradójicamente quería Caparrós, más allá de las llegadas concedidas, a la espera de asumir más riesgos en la reanudación, requisito indispensable para hallar lo que perseguía: los tres puntos.

No obstante, la dinámica no cambió, con la misma cadencia, sin claridad con el esférico ante la presión y la intensidad de un rival siempre al límite. Ante esta situación, el Girona se creció, con superioridades por fuera que propiciaron varios centros inquietantes y que ponían en evidencia que al Sevilla se le escapaba el control del choque. Caparrós movió ficha, con la entrada de Promes por un Munir menos participativo que en el último choque. El holandés inquietó en la primera que tuvo pero no alteró una inercia que premió al que más insistió. Banega la perdió en la frontal rival, Roque Mesa se fue al suelo en el repliegue por un contacto con Pere Pons, quien dio el pase de la muerte a Portu. 1-0. Ahora debía arriesgar para no perder una oportunidad única, pero ya con el Girona arriba de moral y más contundente en cada balón dividido.

Le superaba en intensidad y a los nervionenses les faltaba profundidad y maldad cuando se aproximaba a Bono. No ayudó la decisión de Caparrós de mandar al centro a Promes para que Bryan percutiera por la izquierda, ya que anuló la principal cualidad del tulipán, el desborde. De hecho, hasta el final sólo se contabilizó una oportunidad hispalense, de Banega en el ocaso, reflejo de que el Sevilla no supo alterar el ritmo cansino que había querido imprimir y terminó con varias marchas por debajo del Girona y con la sensación de que ayer, con todo a favor, votó en Montilivi en su contra. 

- Ficha técnica:
 
1 - Girona: Bono; Valery Fernández, Juanpe, Bernardo Espinosa, Marc Muniesa; Douglas Luiz; Pere Pons, Àlex Granell (Aleix García, m.84), Borja García (Pedro Alcalá, m.90); Portu (Pedro Porro, m.77) y Cristhian Stuani.
 
0 - Sevilla: Tomas Vaclik; Jesús Navas, Daniel Carriço (Joris Gnagnon, m.77), Sergi Gómez, Sergio Escudero; Éver Banega; Pablo Sarabia, Roque Mesa (Bryan Gil, m.70), Munir El Haddadi (Quincy Promes, m.56), Franco Vázquez; y Wissam Ben Yedder.
 
Goles: 1-0, m.61: Portu.
 
Árbitro: José Luis González González (Colegio castellanoleonés). Amonestó al local Marc Muniesa (min. 44) y al visitante Roque Mesa (min. 68). Expulsó a Éver Banega (min.90) por una dura acción sobre Pere Pons.
 
Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo quinta jornada de LaLiga Santander, disputado en el Estadio Municipal de Montilivi ante 11.281 espectadores.
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