Munir fue un fichaje de Caparrós. Un ofrecimiento irrechazable. Un jugador de unos
10-12 millones de euros de valor de mercado que, por querer el
FC Barcelona sacarle algo antes de que se marchase libre, pudo adquirir por
1,5 kilos.
Un regalo de esos que haces, aunque no te haga realmente falta.
El hispano-marroquí fue tenía tanto talento cuando emergía de la fructífera cantera culé, que la
selección española se apresuró en hacerle internacional absoluto, para que
Marruecos no se lo quitara. El chico prometía, si bien hacerse un hueco entre
Messi, Neymar, Suárez, Pedro, Arda o un Sandro que también llegaba empujando fuerte, era una tarea harto complicada, lo que facilitó su salida al
Valencia CF, en calidad de cedido. Y en Mestalla la competencia que tuvo sortear no fue menor:
Negredo, Alcácer, Zaza, Orellana, Rober Ibáñez, Fede Cartabia, Rodrigo, Santi Mina o Rafa Mir. Casi nada.
Y, pese a ello, cuajó
una interesante campaña, participando en
39 partidos, firmando ocho goles y regalando tres. Pero como
extremo o delantero, generalmente.
Siendo forzado, para que
su pieza encajase en el puzle del 4-2-3-1 che.
Fue en la 17/18 cuando realmente rompió, en una nueva cesión. Esta vez, en el Deportivo Alavés. Ahí Munir estuvo realmente a gusto y existía un motivo evidente:
Abelardo usa un 4-4-2 y el hispano-marroquí se sentía en su salsa,
libre por todo el frente del ataque, acompañando a un punta más estático, como
John Guidetti o Christian Santos. Porque, en realidad, Munir es justamente eso:
un segundo delantero.
Ni '9' ni extremo. Por eso,
le cuesta entrar en el 4-3-3 de Lopetegui, un técnico
sólo pide a Monchi piezas específicas para su maquinaria.
Si no encaja, fuera. Que se lo pregunten a
Dabbur, Chicharito o Rony. Pero Munir sigue ahí, jugando y aportando; haciendo goles como el que le dio el triunfo al Sevilla ante el SD Huesca. Eso sí,
apareciendo en el área, pese a tener encomendado
un rol de extremo derecho.
Sin extremos, más protagonistaA él le encantaría jugar junto a
De Jong o En-Nesyri, aprovechándose de sus descargas o de que le fijaran a los centrales y aparecer desde atrás en carrera.
Por suerte para Lopetegui, está Munir en su plantilla, porque ésta cuenta con
pocos extremos y, para collmo, Idrissi se ha marchado cedido justo antes de caer
Ocampos lesionado. Y el hispano-marroquí puede actuar por fuera. Es cierto que
forzándolo un poco, porque no se trata de una pieza original de su puzle, pero
da bien el pego.