Rakitic, enamorado de Sevilla y de la "locura" de los sevillanos

Rakitic, enamorado de Sevilla y de la "locura" de los sevillanos
- J. L.
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 3 min lectura
Ivan Rakitic dejó su selección tras fichar por el Sevilla FC. A sus 32 años sólo pensaba en volver a la que considera su casa y centrarse en un club en el que se siente muy identificado. Y también disfrutar de una ciudad que hizo suya hace casi una década. Pero sigue siendo un crack del fútbol mundial y, junto a Modric, lideró a una Croacia subcampeona del último gran torneo que se ha disputado: el Mundial 2018. Tal vez por eso la web oficial de la FIFA siga teniéndolo como referente y hablara con él de todo lo que ha sido su regreso a Sevilla y de los mejores recuerdos de su carrera.

"¿Sevilla? Es una ciudad loca, quizás la más increíble por la pasión que le pone al fútbol. Hay dos equipos, Sevilla y Betis, dos grandes rivales y ambos en LaLiga. Los dos estadios están a sólo cinco minutos. Toda la ciudad vive con el fútbol y hay un ambiente especial”, asegura el croata, quien repasando su carrera tiene un día señalado en rojo: la final de la Champions que ganó con el Barça y en la que anotó el gol que abría el marcador. "Fue increíble. Trabajas toda la vida por momentos como este y cuando llegan, sabes que son sensaciones que nunca se olvidarán ¿Esa noche en Berlín? Inolvidable. Me siento privilegiado por todo lo que me ha dado el fútbol", afirma Rakitic, que aún espera ganar más con el Sevilla FC.

Y en este sentido, aunque lo ha contado muchas veces, fuera de Sevilla no dejan de preguntarle cómo 'se hizo sevillano'. “Es una historia absurda. El día que llegué a Sevilla fue muy tarde. Tenía los reconocimientos médicos a la mañana siguiente y estaba pensando en muchas cosas. Estaba nervioso y le pedí a mi hermano que saliera conmigo a tomar una copa. Había una chica que trabajaba en el bar donde fui y, en cuanto la vi, pensé que me quería casar con ella. Había otro equipo que me quería, un gran club del fútbol europeo, pero le dije a mi hermano que se negara, le había dado mi palabra al Sevilla y quería casarme con esa chica. Me rechazó muchas veces, pero después de siete meses aceptó venir a almorzar conmigo. Llevamos juntos nueve años y medio”, afirma.

Tan identificado está con la idiosincrasia sevillana que hace unos años no dudó en subir a Twitter una fotografía suya ataviado como si fuera un costalero de la Hermandad de Pino Montano, barrio en el que se crió su esposa. Estos días no podrá disfrutar de la Semana Santa como desearía, pero ya de vuelta en la ciudad que adoptó como propia, tendrá años para hacerlo.
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