Tras el pitido final en el Ramón Sánchez-Pizjuán,
Julen Lopetegui se dirigió hasta el cuarteto arbitral en el centro del campo para pedirle explicaciones por alguna decisión de Gil Manzano,
muy probablemente la del penalti por manos de Balenziaga que no decretó y que tanto protestó el banquillo nervionense.Los diferentes criterios a la hora de señalar unas manos u otras desconciertan tanto a profesionales como a aficionados pero lo cierto y verdad es que ni
Gil Manzano, ni su asistente en el VAR
Del Cerro Grande, vieron la acción merecedora de los once metros.
La protesta de
Lopetegui tan sólo consiguió que se llevará una amonestación por la que además no podrá estar en el banquillo del estadio Alfredo di Stéfano, donde el próximo domingo se enfrentarán al
Real Madrid, al tratarse de la quinta amonestación que recibe esta temporada.
El propio colegiado recogió en su acta el motivo de la amonestación: "En el minuto 90 el técnico Lopetegui Agote, Julen fue amonestado por el siguiente motivo: Una vez finalizado el partido y encontrándome aún en el terreno de juego dicho entrenador se dirigió a mí para saludarme, aprovechando este momento para que le explicara una acción del partido. Tras indicarle que se retirara al túnel de vestuarios y que allí le comentaría cualquier duda que tuviera, continuó en su insistencia para que le explicase en ese momento una acción, viéndome en la obligación de mostrarle la tarjeta amarilla".