En el ideario futbolístico de
Emery, la
estrategia tiene un privilegiado apartado. El técnico vasco insiste mucho en esa faceta, consciente de su poder para desnivelar la balanza cuando la igualdad reina con el balón en juego.
Sin ir más lejos, hace dos campañas, los nervionenses anotaron casi
un tercio de su goles (19) en este tipo de acciones, cifra que ha descendido notablemente en el último curso, de ahí que una de las peticiones de
Unai fuera la de contar con un consumado especialista en la materia, como lo es
Konoplyanka.
Además de sobresalir por su regate, velocidad y desborde, el ucraniano posee un
efectivo golpeo a balón parado, tanto en lanzamientos directos como en la estrategia que Emery espera recuperar.
Y es que, tras la salida de
Ivan Rakitic el pasado verano, el de Hondarribia ya admitió públicamente que era necesario traer a un jugador que sustituyera al croata a la hora de botar con precisión dichas acciones, algo que no ocurrió. Y eso que a comienzos de curso, con
Denis Suárez como principal artífice, se materializaron cuatro tantos a balón parado en las primeras ocho jornadas, si bien luego fueron varios los meses sin ver puerta, turnándose
Deulofeu,
Reyes o
Banega como lanzadores.
Además, también se notó la ausencia de un rematador como
Fazio, siendo
M'Bia e
Iborra los dominadores de un juego aéreo que también se quiere potenciar con la llegada de un delantero y un mediocentro de envergadura, como es el caso de
N'Zonzi (190 cm), o el ya consumado fichaje de
Adil Rami.
Fernando Mateos2 min lectura