El perdón evitó un desenlace feliz

Al final siempre es el acierto el que define los partidos. El Betis no lo tuvo y pudo vivir en sus carnes aquello de 'quien perdona lo paga' de no ser porque Pau evitó el gol de Twumasi cuando el partido agonizaba. Los de Setién debieron adelantarse cuando el partido amanecía y el Alavés estaba dormido. Sólo a Pacheco le sonó el despertador. El portero desbarató todas las ocasiones béticas.
Volvió a confiar Setién en los mismos que cayeron ante el Levante, con la novedad de la entrada de Inui por Boudebouz. El resultado fue bien diferente. Se esperaba a un Betis dominador y a un Alavés replegado y eso se encontraron los verdiblancos, pero en la versión más plácida del guion, con los vitorianos sin apenas pisar campo rival. Salieron los heliopolitanos más verticales y gozaron de dos ocasiones claras en los primeros cuatro minutos. Con un centro del campo poblado, los de Setién encontraron pasillos interiores. A la que se organizó un poco el equipo de Abelardo ya costó más hincar el diente.
Pudo hacerlo Inui en una buena combinación en la que intervino Canales, el más clarividente. El Alavés tenía que hacer algo y Abelardo ajustó la presión tras el descanso. Apretó al Betis más arriba y no le dejó circular con facilidad por dentro. Aparecieron las impreciones verdiblancas y las contras vitorianas, comandadas por Jony, que hizo daño en el carril de Francis. Setién modificó el dibujo dando entrada a Sanabria y en su primera aparición el guaraní pudo marcar. Fue un espejismo, pues no apareció más. Si lo hizo Tello, el segundo cambio. También él se topó con Pacheco, héroe alavesista y martirio bético.
Volvió a confiar Setién en los mismos que cayeron ante el Levante, con la novedad de la entrada de Inui por Boudebouz. El resultado fue bien diferente. Se esperaba a un Betis dominador y a un Alavés replegado y eso se encontraron los verdiblancos, pero en la versión más plácida del guion, con los vitorianos sin apenas pisar campo rival. Salieron los heliopolitanos más verticales y gozaron de dos ocasiones claras en los primeros cuatro minutos. Con un centro del campo poblado, los de Setién encontraron pasillos interiores. A la que se organizó un poco el equipo de Abelardo ya costó más hincar el diente.
Pudo hacerlo Inui en una buena combinación en la que intervino Canales, el más clarividente. El Alavés tenía que hacer algo y Abelardo ajustó la presión tras el descanso. Apretó al Betis más arriba y no le dejó circular con facilidad por dentro. Aparecieron las impreciones verdiblancas y las contras vitorianas, comandadas por Jony, que hizo daño en el carril de Francis. Setién modificó el dibujo dando entrada a Sanabria y en su primera aparición el guaraní pudo marcar. Fue un espejismo, pues no apareció más. Si lo hizo Tello, el segundo cambio. También él se topó con Pacheco, héroe alavesista y martirio bético.