La gran incógnita de la planificación bética para la temporada 2019/2020 no es la más que posible marcha de
Junior Firpo o si, de consumarse que no habrá clasificación para competiciones europeas, se podrá retener a
Canales y Lo Celso; tampoco el cese o la prolongación del 'efecto llamada' que capitanearon
Pau López, el cántabro, el argentino o
William Carvalho. La gran duda cobra visos de piedra angular, ya que los dos máximos responsables del área deportiva están en entredicho, por lo que el primer paso será dilucidar si
Lorenzo Serra Ferrer estará al frente de una parcela capital, movimiento que condicionará también el del ocupante del banquillo.
El balear, como ya avanzó
ESTADIO Deportivo en su última edición, ha quedado señalado en este 2019, primero por su discreta gestión del mercado invernal -confesó su error de dejar salir a
Sanabria sin traer un sustituto de garantías para el ataque- y, después, por no ser convincente para imponer su criterio en relación a
Setién. Orillado en el control de la cantera -los rectores verdiblancos promocionaron a
Miguel Calzado y no al preferido de
Serra para ese puesto,
Pep Alomar-, el alto ejecutivo de
Sa Pobla era partidario del relevo de
Quique desde hace semanas, mientras que
Ángel Haro y José Miguel López Catalán, en una postura más conservadora, se decantaron por ampliar el crédito del santanderino (también por razones de tesorería).
Las votaciones en la comisión deportiva, últimamente, siempre acaban 2-1 en contra de las opiniones del artífice de la única clasificación bética para la
Champions, una sempiterna indirecta que podría llevarle a la dimisión. Por el contrario, hay voces en la planta noble que suavizan este presunto divorcio, calificando de lógico y sano un debate que, pese a la disensión actual, no afecta a las líneas maestras de un proyecto común que se inició hace ahora dos años.
Sea como fuere, la continuidad o no de
Serra, como se ha dicho, afectará a la de
Setién en el banquillo. La lógica invita a pensar en que los caminos del cántabro y del club heliopolitano se separarán el próximo verano de manera amistosa, aunque no está ni mucho menos descartado que cumpla el contrato que firmó en el verano de 2017 y que cuenta con una campaña más de vigencia. Y eso pese a los rumores que colocan a
Quique en el Villarreal en la 18/19, si bien, para quedarse en el seno verdiblanco, el fiasco del
Ciudad de Valencia debería enjugarse no ya mañana ante el
Espanyol, sino firmando una recta final positiva que permita al equipo, al menos, pelear por el milagro de alcanzar sobre la bocina la séptima plaza de la tabla.
Sellar el pasaporte de manera épica e inesperada complicaría lo de prescindir de
Setién, pero no hay que ocultar que, aunque los que deciden son los miembros de la comisión deportiva, la opinión mayoritaria en el consejo de administración apuesta por un relevo en la dirección de la nave. En Vitoria dan por hecho que
Abelardo Fernández tiene un preacuerdo con el
Betis, teniendo el asturiano el principal aval de
Serra, por lo que la prosperidada de su candidatura está íntimamente relacionada con la permanencia del balear y, en todo caso, del rol que desempeñe (de su fuerza) el curso venidero. Como ya se apuntó en este periódico, el sondeo a los agentes del todavía alavesista -que podría ser destituido, incluso, si pierde contra la
Real Sociedad, al entender el club babazorro que su renuncia a renovar ha venido acompañada de una bajada de brazos general- fue hace varias semanas, sin que se hayan reproducido o intensificado los contactos recientemente.
Antes al contrario, con
Setién aún en la hipotética terna,
Haro y Catalán son más partidarios de un entrenador que perpetúe el estilo que ahora impera.