Tres puntos aparte, la noticia positiva de la victoria del
Betis sobre el
Valencia estuvo en el debut de
Édgar. "Orgulloso también. Ha hecho un partidazo", señalaba
Rubi sobre el zaguero. Viendo la previa, se barruntaba su titularid ante los problemas del técnico bético en la convocatoria, aunque a buen seguro que el de Sant Joan Despí no las tenía todas consigo.
El central canterano arribó al Betis hace dos años procedente del
Espanyol B, aunque en la 17/18 jugó cedido en el
Cornellà. Desde entonces, ha sido un asiduo en la dinámica del primer equipo. A
Quique Setién le convenció desde el principio, se lo llevó a la pretemporada y le hizo debutar en
Copa del Rey, en un partido ante el
Racing en Santander (jugó los 90’). Posteriormente, el técnico cántabro lo convocó también para un partido de
LaLiga ante los pericos, aunque se quedó en el banquillo y no pudo debutar.
El segundo intento de estrenarse en la elite fue ya con Rubi, esta temporada. El técnico catalán se lo llevó al
Santiago Bernabéu y, aunque llegó a calentar durante la segunda parte, tampoco pudo estrenarse en
Primera división.
Este pasado sábado, por fin, fue su gran día. Salió como titular ante las bajas de
Bartra por lesión y de
Feddal por sanción como libre en una defensa de cinco, aunque salía a menudo de su zona para ser la sombra de
Rodrigo Moreno. Jugó 69', pues tuvo que pedir el cambio por unas molestias físicas, pero demostró estar preparado para cotas mayores, como ha dejado ver esta temporada en el
Betis Deportivo.
Édgar ha dado un pase adelante esta campaña en su rendimiento. Indiscutible para
Manel Ruano en el Betis Deportivo, ha jugado todos los minutos mientras ha estado disponible (1.080' en 12 partidos), perdiéndose sólo las citas ante el
Ciudad de Lucena y
Coria por tirar Rubi de él esa semana para la visita al Santiago Bernabéu ante el Real Madrid.