Aïssa
Mandi sigue dándole vueltas a su
futuro. Ya con nuevos
representantes, tras romper a finales de 2019 con sus anteriores asesores, con los que llegó al Betis en
2016, se han reactivado los canales de diálogo, rotos al formular el club una propuesta de renovación que, tras la declaración del Estado de Alarma por la emergencia sanitaria provocada por la expansión del terrible
coronavirus de Wuhan, no pudo mantener. Un miembro de la familia del internacional argelino y el propio central ejercieron durante mucho tiempo de
intermediarios, circunstancia que no ayudó especialmente.
En los últimos días, las
conversaciones desde la planta noble del Benito Villamarín en dirección a la empresa de representación del '23' se han vuelto
más fluidas. Bien es cierto que, con contrato únicamente hasta el 30 de junio de 2021, todo debe resolverse rápidamente, pues se trata de la
última ventana de transferencias en la que poder obtener beneficios. De un lado, el Betis ve en uno de sus capitanes una posible
fuente de ingresos para reforzar la plantilla, aunque, por otro, ha
reformulado su propuesta de renovación (hasta 2024-2025) en las cantidades que son asumibles en esta tesitura por si puede atar al central y aumentar su
cláusula (de 30 a 50 millones de euros).
Mientras tanto, varios agentes autorizados y los suyos propios 'mueven' a Mandi en el
mercado. Llegan
informaciones contradictorias acerca del presunto interés del
Liverpool en el zaguero, pues desde Heliópolis filtran que no hay ofertas, aunque se habló de una aproximación por 9 kilos, mientras que el Betis pedía 12 para empezar a hablar. Tampoco habría movido ficha el
Newcastle, con nuevos dueños árabes, mientras que el 'Daily Mirror' hablaba esta semana del
West Ham, que consideraba al campeón de la Copa de África una alternativa al otrora vinculado con los verdiblancos Gonzalo Montiel (por tanto, para el
lateral derecho, posición anteriormente desempeñada por el de Châlons-en-Champagne.
El
Fenerbahçe turco, la
Roma y un
club ruso que no ha trascendido habrían sondeado igualmente a Mandi, que prosigue con su periodo de reflexión. A sus
28 años, con una niña pequeña, no tiene del todo claro abandonar Sevilla, donde se encuentra plenamente
integrado y es feliz. Tanto él como su familia dominan el castellano y, en una situación tan delicada a nivel mundial por la COVID-19,
cambiar de aires podría no ser lo más aconsejable. Además, sólo un
aumento considerable de sus emolumentos, que no le han asegurado por ahora, terminaría de convencerlo, por lo que su futuro, que pasa por salir o renovar,
no está del todo claro.