El curioso caso de Víctor Ruiz

El curioso caso de Víctor Ruiz
- A. T.
Aitor TorviscoAitor Torvisco 5 min lectura
"Hemos estructurado una plantilla de acuerdo a la realidad económica del club. Con la dirección deportiva trajimos refuerzos que nos van a complementar. Aquí la clave es el espíritu de equipo y al final de temporada a ver dónde podemos llegar". Manuel Pellegrini no pide por pedir. Es perfectamente consciente de la situación y desde el principio adapta su discurso a sacar el máximo rendimiento a este grupo de jugadores, sin pararse a pensar cómo sería con los dos o tres refuerzos más que todos en el club admiten que habrían necesitado para reforzarse de verdad.

De los cinco fichajes, sólo Claudio Bravo (270') llegó con la vitola de titular. Quiere tener enchufada a la plantilla al completo y, de hecho, en estas seis jornadas ya ha utilizado a 23 jugadores diferentes; el último de ellos fue Juan Miranda, el pasado domingo contra la Real Sociedad. Por eso resulta aún más sorprendente el caso de Víctor Ruiz. El central catalán es el único jugador de campo con ficha del primer equipo que no ha disputado aún ni un solo minuto de juego estando apto. 

Andrés Guardado apenas suma unos segundos que salió en Mestalla tras recuperarse de unos problemas musculares y los canteranos Fran Delgado y Dani Rebollo tampoco han debutado pese a haber entrado en las seis listas; pero en sus casos tienen ficha del filial. Los lesionados de larga duración Víctor Camarasa y el portero Dani Martín son los otros dos que no han participado, por motivos obvios.

Martín Montoya, pese a llevar varias semanas aislado por protocolo sanitario, ha jugado 22' y Juan Miranda jugó los últimos 15' el domingo. Los retornados Tonny Sanabria (290') y Aitor Ruibal (144') también tienen protagonismo e incluso el promocionado Paul Akouokou ha podido participar en dos de los seis encuentros ligueros (30' entre ambos). Juanmi, Diego Lainez, Loren... los hay que han jugado poco; pero el central barcelonés es el único que futbolista que no ha debutado hasta ahora. 

La situación de Víctor Ruiz es curiosa porque se trata de un jugador que llegaba para reforzar una posición muy señalada el curso pasado. Llegaba para suplir el hueco dejado por el traspasado Feddal, pero en teoría lo hacía para competir con Mandi y Bartra por un puesto de titular y por delante de Sidnei a priori. Sin embargo, ni la sanción del argelino le ha servido para debutar, ya que el brasileño ha sido el central elegido de Pellegrini ante Valencia y Real.

"El rendimiento de los tres centrales que han jugado ha sido alto salvo en el partido con el Getafe. Sidnei suplió muy bien en Valencia a Mandi y Víctor Ruiz tiene que esperar y seguir trabajando como lo está haciendo", señaló el entrenador verdiblanco el pasado viernes, al ser preguntado al respecto en la rueda de prensa previa al choque ante los donostiarras, que volvieron a poner de manifiesto que a la supuesta mejoría defensiva del Betis le hace falta varias manos de pintura más.

La etapa de Víctor Ruiz en Heliópolis ya comenzó torcida desde su llegada hace tres meses, aunque Pellegrini y el director deportivo, Antonio Cordón, siempre han avalado su contratación y puesto en valor su la experiencia que puede aportar. Y es que su decisión de romper de manera unilateral el año de contrato que aún le restaba con el Besiktas, ante la negativa del club otomano de negociar su traspaso al Betis, le costó una denuncia en la que los estambulitas le demandan una compensación de dos millones de euros y se niegan a tramitar su ficha federativa.

Para colmo de males, a la imposibilidad de ser inscrito en LaLiga, hasta que a finales de septiembre recibió una autorización provisional de la FIFA a la espera del juicio con el Besiktas, se sumaron unas inoportunas molestias musculares propias de las primeras semanas de trabajo tras la pretemporada y se quedó fuera de la lista para el estreno en Vitoria ante el Alavés. En las cinco jornadas siguientes ha entrado siempre en la convocatoria, pero Pellegrini no le ve de momento ni para salir de inicio, ni para entrar como refresco. Es curioso.