Evenepoel eleva su sospecha con Pogacar a queja oficial

El ciclista belga no para de darle vueltas a lo ocurrido en la prueba en ruta del Mundial disputado en Ruanda

Evenepoel eleva su sospecha con Pogacar a queja oficial
Pogacar, sonriente ante un impasible Evenepoel. - CORDON PRESS

El mundial de ciclismo disputado en Kigali (Ruanda) ha dejado a Remco Evenepoel con muy mal sabor de boca. Pese a cerrar su participación con el oro en la prueba contrarreloj y la plata en ruta, el belga quería conseguir un doblete que se le escapó por problemas mecánicos –según denuncia él mismo–. Tales circunstancias adversas hacen que eleve a oficial su sospecha con Tadej Pogacar.

"Sí, creo que hubo algo más. Si veis todo lo que he pasado, siempre fue en los peores momentos", comentaba ya al entrar en meta, algo que hizo negando con la cabeza para rápidamente dejar la mirada perdida en un gesto serie que denotaba frustración y tristeza.

Ya entrando en detalle de lo ocurrido durante la carrera, afirma que su sillín no estaba bien colocado y que ello llegó a provocarle problemas físicos que le llevaron a mostrar su enfado en las dos ocasiones que tuvo que cambiar de bicicleta.

"Antes del Monte Kigali, caí en un hoyo. Mi sillín se desplomó por completo. Puede parecer extraño, pero esa posición diferente me provocó calambres en los isquiotibiales. Si no estás acostumbrado a ese pequeño cambio, no te sientes bien. Así que tuve que cambiar en la primera pasada por el circuito", subraya antes de recalcar la posición idónea a la que debe encontrarse su sillín.

"Tenía la sensación de que mi sillín no estaba bien colocado. Normalmente mi sillín está un poco inclinado, pero creo que este estaba perfectamente nivelado. Empecé a tener mucho dolor en la zona lumbar, y después de eso, bajamos mi segunda bicicleta del camión y perdí más tiempo", admite.

Ya cuestionado por cómo le afectó eso en la lucha con Pogacar, deja claro que si no hubiesen aparecido esos contratiempos se encontraba con fuerzas para plantarle cara. "Me sentía genial. Estaba a tope de energía. Es una pena. Vine a por el doblete. Después con los sobreesfuerzos para recuperar tiempo tuve un calambre total en el monte Kigali. Ya no podía alcanzar los 400 vatios. Ahí se acabó todo. Durante la persecución me di cuenta de que íbamos un minuto por detrás. Ya había dado demasiado y sentía que ya había pasado mi mejor momento", recalca.

Evenepoel y la desesperación sin coche de equipo

Viendo la retransmisión, y respecto a la segunda vez que cambió de montura, todos tienen claro que debería haber esperado al coche de equipo para perder menos tiempo; sin embargo, él mismo explica que le era imposible por lo incómodo que iba.

"No podía seguir con esa bici negra durante otros 5 kilómetros y esperar a mi coche, era insufrible. Estaba completamente tenso. Es posible debido a las lesiones que ya he tenido. Así que tuve que parar. Era la única opción", finaliza.