Vingegaard lo admite y La Vuelta tiembla

El comienzo de La Vuelta a España 2025 no está siendo tan brillante como se podía esperar, sobre todo por los nombres que se han dado cita en la carrera de tres semanas. Con un elenco liderado por Jonas Vingegaard, un dos veces ganador del Tour de Francia, el inicio de la montaña apuntaba a ser apasionante con otros favoritos como Joao Almeida en liza. Sin embargo, lo visto no ha llegado ni a fuegos artificiales.

Con Juan Ayuso como gran protagonista –primero por su 'pájara' en Pal y posteriormente con su triunfo en Celer–, el resto de la carrera se ha movido en una calma que casi podríamos definir como triste, ya que no ha habido casi ataques ni diferencias importantes entre los mejores; un escenario al que sin duda ha aportado mucho un Vingegaard que ahora admite lo ocurrido en estas dos primeras jornada de montaña.

Según explica el corredor de Visma, el hecho de que no se haya movido en estos días (salvo para secar el ataque de algún rival) se debe a una táctica pensada para apretar los dientes en las dos últimas semanas de La Vuelta. Así es. Mientras otros ya sufren Vingegaard afirma que se ha estado 'paseando' por Andorra.

"Fue un día decente, bien salvado, pero no fue un día fácil, y la última subida fue dura. Queríamos ahorrar energía, así que decidimos no hacer nada hoy", comentó Vingegaard en la cima oscense, avisando que permitieron libertad plena en la séptima jornada de la carrera al no tener intención siquiera de ir a por el triunfo parcial.

"Si hubiéramos querido podríamos haber luchado por la victoria, queremos ahorrar energías para el equipo de cara a las últimas dos semanas, porque ya serán bastante difícil", sentencia.

¿Va Vingegaard tan sobrado?

Esa es la sensación hasta el momento. Con el resto de grandes nombres atentos (y casi paralizados) a la espera de ver qué hace Vingegaard, todo parece estar en stand by hasta que el danés diga hasta aquí hemos llegado. Todo apunta a que tiene una o dos etapas señaladas en rojo y que ahí hará trizas la carrera, o al menos lo intentará. La única realidad por ahora es que no está pasando absolutamente nada.