Mucho se habló este verano de que Sarabia estaba buscando una salida, tanto que hasta el club presionó para no ver repetido un nuevo 'caso Vitolo' mientras el madrileño, a base de goles, seguía demostrando que era clave para Machín, como ya lo había sido para Sampaoli, Berizzo o Montella.
Pero desde el cierre del mercado han pasado dos meses y aún no hay noticias de que su continuidad esté asegurada mientras él bate récords goleadores y se convierte en el futbolista más indispensable del conjunto hispalense.
El mensaje que dejó el pasado domingo señalándose el escudo tras lograr un doblete iba dirigido a los que dudaban aún de él, pero también a una directiva que debe valorarlo como merece. Como diría Ronaldo, Sarabia habla en el campo y ahí está 'pidiendo a gritos' que se acabe este culebrón.