Líder, también en sensaciones

Obviamente, todavía resta un mundo por delante y es imposible elevar nada a definitivo, pero ser líder a estas alturas de la competición ya trasciende los límites de lo anecdótico y se erige en el resultado del sobresaliente rendimiento de un proyecto cada vez más consolidado e ilusionante.
Verse en la cima supone un mayúsculo impulso moral que alimenta la confianza, vital para sacar adelante partidos como el de ayer. Este Sevilla transmite sensaciones que se corresponden a su posicionamiento en la cima, lo que aún se antoja más importante que el propio liderato por la credibilidad y la confianza que confiere esta circunstancia.
Los de Machín saben a lo que juegan, creen en lo que hacen y poseen tanto la paciencia y el oficio suficientes para madurar los partidos cuando la situación lo requiere como la calidad individual para resolverlo. Razones hay para soñar.
Verse en la cima supone un mayúsculo impulso moral que alimenta la confianza, vital para sacar adelante partidos como el de ayer. Este Sevilla transmite sensaciones que se corresponden a su posicionamiento en la cima, lo que aún se antoja más importante que el propio liderato por la credibilidad y la confianza que confiere esta circunstancia.
Los de Machín saben a lo que juegan, creen en lo que hacen y poseen tanto la paciencia y el oficio suficientes para madurar los partidos cuando la situación lo requiere como la calidad individual para resolverlo. Razones hay para soñar.