El Sevilla volvió a sufrir ante la portería contraria, pero mientras siga ofreciendo ese control de los partidos no tiene por qué preocuparse. Ante un rival hecho para volver a pelear por Europa y que defiende como pocos en esta Liga, el equipo de Lopetegui se hizo omnipresente en el campo, sobre todo en la segunda parte, y no le dejó ni acercarse al área de Vaclik.
Los goles, como ante el Celta o el Levante, tardaron en llegar, pero a diferencia de esos partidos, el Sevilla llegó más y con más claridad, tuvo en Óliver ese último pase que tal vez echara de menos en otras ocasiones y a Chicharito Hernández para no fallarlas. El paso adelante que pedía la afición y quería Lopetegui se ha dado y el Sevilla vuelve a asomarse a la lucha por la Champions. Buen momento para hacerlo. Ahora llegan Valencia y Atlético, y ante esos, cualquier duda te mata.