Confirman el segundo paciente curado de SIDA

Hace un año saltaba la noticia, un enfermo de SIDA, el “Paciente Londres” llevaba 18 meses sin rastro de la enfermedad en su cuerpo sin necesidad de medicarse con antirretrovirales. Mientras todos se encargaban de celebrar la noticia, los médicos y especialistas pedían calma y paciencia para continuar observando su evolución.
Estos días, en plena crisis sanitaria del coronavirus, se celebra de la Conferencia de Retrovirus e Infecciones Oportunísticas en Boston, por motivos de seguridad debido a la aparición del COVID-19 se está celebrando de manera virtual, pero esto no ha impedido que el logro sea anunciado: el paciente lleva 30 meses sin virus en su sangre, lo que significa que está curado.
Adam Castillejo, que ha revelado su identidad en una entrevista para The New York Times, se convierte así en la segunda persona del mundo que se cura de esta enfermedad que afecta a mas de 36.7 personas en el mundo y con la que el convivía desde 2003. Antes que él, fue el “Paciente Berlín” en 2008 y, actualmente hay un paciente en Dusseldorf que lleva 14 meses sin medicación y sin que se le detecte rastro del virus.
Ambos pacientes curados comparten una historia común y es que los dos han vencido a la enfermedad tras vencer un cáncer gracias a un trasplante de células madre que hizo que desapareciesen ambas enfermedades. Castillejo reconoce su suerte, sabe que ha estado en el lugar adecuado y en el momento adecuado. Los trasplantes que recibieron pertenecían a donantes cuyas células estaban alteradas genéticamente de tal forma que eran inmunes al VIH.
16 meses después del trasplante, en octubre de 2016 el “Paciente Londres” interrumpió el tratamiento antirretroviral que le protegía contra el SIDA. Esta pausa en su terapia tendría que haber causado la reaparición de la enfermedad en unas cuatro semanas, pero eso no ocurrió ni entonces, ni durante los 30 meses que han pasado desde entonces.
Aunque este hecho resulte un gran avance en relación a la erradicación del SIDA, el método resulta muy peligroso para los organismos de los enfermos y se utiliza solo como último recurso, por lo que no podría ofrecerse de forma generalizada para la cura contra el VIH. Por eso, actualmente se está estudiando la posibilidad de implantar células madres de los propios pacientes alteradas genéticamente, lo que abriría un nuevo campo de trabajo para la lucha contra esta enfermedad que, en 2018, mató a 770.000 personas en todo el mundo.
Estos días, en plena crisis sanitaria del coronavirus, se celebra de la Conferencia de Retrovirus e Infecciones Oportunísticas en Boston, por motivos de seguridad debido a la aparición del COVID-19 se está celebrando de manera virtual, pero esto no ha impedido que el logro sea anunciado: el paciente lleva 30 meses sin virus en su sangre, lo que significa que está curado.
Adam Castillejo, que ha revelado su identidad en una entrevista para The New York Times, se convierte así en la segunda persona del mundo que se cura de esta enfermedad que afecta a mas de 36.7 personas en el mundo y con la que el convivía desde 2003. Antes que él, fue el “Paciente Berlín” en 2008 y, actualmente hay un paciente en Dusseldorf que lleva 14 meses sin medicación y sin que se le detecte rastro del virus.
Ambos pacientes curados comparten una historia común y es que los dos han vencido a la enfermedad tras vencer un cáncer gracias a un trasplante de células madre que hizo que desapareciesen ambas enfermedades. Castillejo reconoce su suerte, sabe que ha estado en el lugar adecuado y en el momento adecuado. Los trasplantes que recibieron pertenecían a donantes cuyas células estaban alteradas genéticamente de tal forma que eran inmunes al VIH.
16 meses después del trasplante, en octubre de 2016 el “Paciente Londres” interrumpió el tratamiento antirretroviral que le protegía contra el SIDA. Esta pausa en su terapia tendría que haber causado la reaparición de la enfermedad en unas cuatro semanas, pero eso no ocurrió ni entonces, ni durante los 30 meses que han pasado desde entonces.
Aunque este hecho resulte un gran avance en relación a la erradicación del SIDA, el método resulta muy peligroso para los organismos de los enfermos y se utiliza solo como último recurso, por lo que no podría ofrecerse de forma generalizada para la cura contra el VIH. Por eso, actualmente se está estudiando la posibilidad de implantar células madres de los propios pacientes alteradas genéticamente, lo que abriría un nuevo campo de trabajo para la lucha contra esta enfermedad que, en 2018, mató a 770.000 personas en todo el mundo.