De ganar Gran Hermano a futuro alcalde

Salvo sorpresa, Kichi no se presentará a renovar su cargo en la alcaldía de Cádiz en las futuras elecciones municipales, abriéndose un horizonte nuevo en la política de la 'Tacita de Plata'

De ganar Gran Hermano a futuro alcalde
Los concursantes de la primera edición de GH. - GH
Sandra RomeroSandra Romero 3 min lectura

El 2023 llegará con un periodo de elecciones municipales que en Cádiz cobra especial morbo. José María González Santos, Kichi, actual alcalde de la ciudad, no participará salvo sorpresa, tras renovar su cargo en 2019. Una declaración de intenciones que ha dado pie a una serie de candidatos a la alcaldía de Cádiz con perfiles de lo más variopinto.

Entre los futuribles, sin ir más lejos, destaca una figura sin experiencia en la política, pero con una personalidad y un currículum muy llamativo. Hablamos de Ismael Beiro, popular por ser ganador de la primera edición de Gran Hermano, en el año 2000, así como por otras experiencias televisivas que le llegaron tras ello.

Tras expresar su descontento por la gestión de Kichi al frente del consistorio de Cádiz, Beiro ha comenzado ya a movilizarse en diferentes plataformas sociales para tratar de convertirse en el futuro alcalde de Cádiz, optando a las próximas elecciones municipales que se llevarán a cabo el año que viene.

Tras su paso por Gran Hermano y probar suerte en la televisión, Beiro decidió formarse académicamente. Ahora, a sus 47 años, se presenta como Ingeniero Superior con distintos másters. Un futurible a la alcaldía que se presenta como candidato independiente que en más de una ocasión se ha mostrado afín a la ideología liberal, lo que también explica su descontento con Kichi, más cercano a las políticas sociales por su programa de izquierdas.

“El público decidirá el ganador. A mí me duele ver una ciudad con el potencial que tiene Cádiz varada, sin la atención y el diálogo que merecen sus empresarios, con destrucción de empleo y problemas que exigen solución urgente”, decía Ismael Beiro durante una entrevista reciente con La Razón, donde argumentaba que sus bazas para intentar cambiar Cádiz son “el barrio, la calle, la cercanía” y su “sensibilidad con la gente”.

Su objetivo para Cádiz lo tiene claro: “Quiero que recobre el pulso económico, industrial, comercial, social y cultural que merece por su privilegiada situación geográfica y por su idiosincrasia. Puede ganar mucho sin perder nada su esencia”.

Ahora, eso sí, el gaditano tiene que acabar de decidir su postura, marcando el fin del verano como el momento clave para lanzarse, o no, definitivamente a la política local en la ciudad de Cádiz. Una decisión que, a tenor de sus últimas declaraciones, parece tener bastante clara, aunque aún está por ver cómo configuraría su equipo.

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