José Antonio Rivero4 min lecturaEl panorama económico y las expectativas del mercado para el próximo año han generado un consenso entre los analistas: la anticipada bajada de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) no ocurrirá tan pronto como inicialmente se esperaba. Este retraso, unánimemente aceptado por los expertos, tiene implicaciones directas en el comportamiento del Euríbor y, por ende, en las cuotas de las hipotecas.
La expectativa general es que la variación del Euríbor, índice referencial para la mayoría de las hipotecas a tipo variable en España, experimente una disminución del 5% en los próximos doce meses. Según las estimaciones de Renta 4, se espera que el Euríbor cierre en marzo alrededor del 3,90%, disminuyendo gradualmente hasta alcanzar el 3,40% a finales de diciembre de 2024. Otras fuentes, como Bankinter, sugieren tasas más bajas, previendo que el Euríbor se sitúe en el 3,25% para la misma fecha.
El ritmo de descenso del Euríbor determinará el alivio que experimentarán los hipotecados a tipo variable en sus cuotas. Las revisiones de préstamos hipotecarios que tengan lugar en el tercer trimestre, específicamente en septiembre, podrían beneficiarse significativamente, con una diferencia a favor de casi 60 puntos básicos en comparación con el año anterior. La flexibilidad de este índice ante las expectativas de movimientos en los tipos de interés lo convierte en un indicador clave para los deudores hipotecarios.
Mirando más allá del próximo año, las estimaciones sugieren que el Euríbor continuará moderándose en el 2025. Tanto Bankinter como Renta 4 proyectan tasas por debajo del 3% a finales de diciembre de ese año, aunque se espera que la disminución se ralentice. Bankinter lo sitúa en el 2,75%, mientras que Renta 4 sugiere un cierre en el 2,80%. A pesar de este descenso, no se espera que el Euríbor regrese a los niveles históricamente bajos experimentados en el pasado.
La correlación entre el Euríbor y las expectativas de recorte en los tipos de interés en la eurozona es evidente. La mayoría de los analistas coincide en que la primera reducción de tasas por parte del BCE ocurrirá en el tercer trimestre de 2024, posiblemente en septiembre. La posición del BCE se mantiene cautelosa, y aunque se evitó hacer referencia a un recorte en la reunión más reciente, las señales apuntan a un ajuste que podría ser más tardío de lo inicialmente previsto.
Las proyecciones del tipo de intervención del BCE al cierre de 2024 varían según las instituciones financieras. Bankinter estima un cierre en el 4%, mientras que Renta 4 prevé dos recortes, situando los tipos en el 3,75% en diciembre. Las expectativas en torno a estos movimientos influirán directamente en el comportamiento del Euríbor.
En resumen, el próximo año se presenta como un período de ajuste en el mercado hipotecario, donde los hipotecados a tipo variable podrían experimentar cierto alivio, pero no se espera un retorno a niveles históricamente bajos del Euríbor. La sincronización de los recortes de tasas por parte del BCE y las revisiones hipotecarias se vislumbra como un elemento clave para comprender el escenario que se avecina.