Moisés Jiménez (Lebrijana): "He vivido las dos caras del fútbol"
Moisés Jiménez, a sus 25 años, vuelve a soñar. Después de su enésimo desengaño, desea que su fichaje por la Lebrijana le catapulte en su carrera.
No hace falta acudir a la elite para escuchar apasionantes historias del mundo del balón. En muchos rincones de los campos sevillanos se esconden testimonios que merecen ser sacados de los vestuarios. Este es el caso de Moisés Jiménez Nieto.
Natural del sevillano barrio de La Oliva, a sus 25 años continúa sin perder la ilusión de alcanzar la elite, un estatus que ha llegado a tocar con las manos en varias ocasiones. "Mi hermano, que fue futbolista (Enrique Nieto) me dijo que el fútbol tenía dos caras. Yo estaba viviendo la buena y me deseó que nunca conociera la mala. Pero me llegó", recuerda el lateral derecho.
Reciente fichaje de la Balompédica Lebrijana, pocos jugadores de 25 años cuentan con su currículum. En el Betis desde pequeño hasta segundo año de cadete, pasó al Sevilla en Andaluza Cadete, siendo titular indiscutible hasta el Sevilla C y alzándose en juveniles con la Copa del Rey (2009), una trayectoria igual de brillante en las categorías inferiores de la selección nacional: internacional sub 17, sub 18, sub 19 y sub 20, además de subcampeón del mundo y campeón de Europa sub 17, titular en una final junto a futbolistas de la talla de David de Gea, Bojan Krcic, Iago Falqué o el hoy malacitano Camacho.
"Ya digo que al principio fue todo muy bonito, pero luego me han pasado muchas cosas", declaró Moisés Jiménez, cuya carrera comenzó a torcerse en su última temporada en el Sevilla C (10/11). Pese a ser internacional sub 19, por razones ajenas a él, no llegó a dar el salto al Sevilla Atlético, iniciándose su particular calvario.
"Me marché a Escocia y me engañaron. Me dijeron que iba a firmar por el Glasgow Rangers. El equipo descendió por razones económicas y no reconocieron ni mi contrato ni el de más compañeros", narra el potente lateral diestro, firmando poco después por la Ponferradina. Nuevo destino, pero la misma mala suerte: "Apenas jugué porque me diagnosticaron la enfermedad de Crohn. Fue otro palo y decidí recuperarme cerca de la familia".
Una vez superado, por casualidad, y gracias a antiguos compañeros se topó con Antonio Manuel Racero Cabello ´Puma´ la pasada temporada. "Me llevó al Sanluqueño y me ayudó mucho. Apostó por mí después de un año y medio parado", manifestó el exsevillista, emigrando de nuevo en diciembre de 2014. Esta vez el destino fue Alemania: "Me marché al Bochum, de la Segunda alemana. Al entrenador le gustaba, pero el presidente no me quería. Tuve suerte y me salió el Borussia Dortmund para entrenar con su filial. Le gusté, lo tenía todo acordado y si no jugaba en el filial me iban a ceder a un equipo húngaro (Ferencváros). Me dijeron que me marchara una semana a España para arreglar todo y hablar con mi familia, cuando a la vuelta la historia cambió".
Moisés Jiménez pagó los platos de una inapropiada gestión del agente que lo representaba en Alemania, viéndose obligado a regresar a España. "De nuevo fue una pena porque demostré que valgo, pero se volvieron a romper mis ilusiones", declaró el futbolista sevillano, de nuevo emocionado ante el nuevo reto que se le presenta con la Lebrijana: "Llegué tarde y las plantillas de muchos equipos estaban hechas. Pero surgió esta opción, me hablaron muy bien del míster y del club y no lo dudé. Deseo jugar más de treinta encuentros, centrarme en un equipo y que me sirva de trampolín".
Natural del sevillano barrio de La Oliva, a sus 25 años continúa sin perder la ilusión de alcanzar la elite, un estatus que ha llegado a tocar con las manos en varias ocasiones. "Mi hermano, que fue futbolista (Enrique Nieto) me dijo que el fútbol tenía dos caras. Yo estaba viviendo la buena y me deseó que nunca conociera la mala. Pero me llegó", recuerda el lateral derecho.
Reciente fichaje de la Balompédica Lebrijana, pocos jugadores de 25 años cuentan con su currículum. En el Betis desde pequeño hasta segundo año de cadete, pasó al Sevilla en Andaluza Cadete, siendo titular indiscutible hasta el Sevilla C y alzándose en juveniles con la Copa del Rey (2009), una trayectoria igual de brillante en las categorías inferiores de la selección nacional: internacional sub 17, sub 18, sub 19 y sub 20, además de subcampeón del mundo y campeón de Europa sub 17, titular en una final junto a futbolistas de la talla de David de Gea, Bojan Krcic, Iago Falqué o el hoy malacitano Camacho.
"Ya digo que al principio fue todo muy bonito, pero luego me han pasado muchas cosas", declaró Moisés Jiménez, cuya carrera comenzó a torcerse en su última temporada en el Sevilla C (10/11). Pese a ser internacional sub 19, por razones ajenas a él, no llegó a dar el salto al Sevilla Atlético, iniciándose su particular calvario.
"Me marché a Escocia y me engañaron. Me dijeron que iba a firmar por el Glasgow Rangers. El equipo descendió por razones económicas y no reconocieron ni mi contrato ni el de más compañeros", narra el potente lateral diestro, firmando poco después por la Ponferradina. Nuevo destino, pero la misma mala suerte: "Apenas jugué porque me diagnosticaron la enfermedad de Crohn. Fue otro palo y decidí recuperarme cerca de la familia".
Una vez superado, por casualidad, y gracias a antiguos compañeros se topó con Antonio Manuel Racero Cabello ´Puma´ la pasada temporada. "Me llevó al Sanluqueño y me ayudó mucho. Apostó por mí después de un año y medio parado", manifestó el exsevillista, emigrando de nuevo en diciembre de 2014. Esta vez el destino fue Alemania: "Me marché al Bochum, de la Segunda alemana. Al entrenador le gustaba, pero el presidente no me quería. Tuve suerte y me salió el Borussia Dortmund para entrenar con su filial. Le gusté, lo tenía todo acordado y si no jugaba en el filial me iban a ceder a un equipo húngaro (Ferencváros). Me dijeron que me marchara una semana a España para arreglar todo y hablar con mi familia, cuando a la vuelta la historia cambió".
Moisés Jiménez pagó los platos de una inapropiada gestión del agente que lo representaba en Alemania, viéndose obligado a regresar a España. "De nuevo fue una pena porque demostré que valgo, pero se volvieron a romper mis ilusiones", declaró el futbolista sevillano, de nuevo emocionado ante el nuevo reto que se le presenta con la Lebrijana: "Llegué tarde y las plantillas de muchos equipos estaban hechas. Pero surgió esta opción, me hablaron muy bien del míster y del club y no lo dudé. Deseo jugar más de treinta encuentros, centrarme en un equipo y que me sirva de trampolín".