Fue la última bola del bombo de los terceros. El encargado de extraerla,
Jorge Meré, segundo capitán de la sub 21, quien repartió suerte y deparó al siguiente rival del Utrera en su lucha por ascender a
Segunda B: el
Mallorca B.
Segundo clasificado del
Grupo XI, había opciones, mínimas, de que le tocara un campeón, aunque finalmente será el filial bermellón quien se cruce en el camino de los utreranos.
A priori, eliminatoria complicada para un
Utrera que se las verá contra un conjunto que cumple con el guion de un filial. Segundo en el grupo balear, con 90 puntos, sólo por detrás de la
Peña Deportiva, que ha logrado el ascenso a
Segunda división B, destaca principalmente por dos aspectos: su capacidad realizadora y fortaleza en casa.
Un total de 92 goles en 40 encuentros, es decir, una media de 2,3 tantos por choque disputado, da una muestra del potencial de un equipo que se sustenta en la generación juvenil que hace dos temporadas logró el segundo puesto, cuajando un buen papel en la
Copa del Rey, eliminando por entonces en la primera ronda el
Betis.
Con un estilo ofensivo, vertical y dinámico, es en casa donde lo optimiza. En el campo
Tomeu Serra de la
Ciudad Deportiva Antonio Asensio es donde el
Mallorca B tiene su bastión. Puede dar prueba de ello el
Beti Kozkor, equipo navarro que se enfrentó a los bermellones en la primera ronda y que tras empatar a cero en la ida, sufrió un 4-0 en
Mallorca.
Ha sido el mejor local en su grupo, sumando 17 triunfos, empatando dos y perdiendo únicamente uno en veinte partidos. Fuera, al igual que le ocurrió al
Antequera, pierde fuelle. En el campeonato regular ha sido el cuarto mejor visitante, empatando cuatro partidos y cinco derrotas.
En cuanto a nombres propios, hay que destacar que esta eliminatoria se ha visto reforzado con el delantero
Sergio Buenacasa, jugador del primer equipo; sobresalen el portero
Boison, internacional por
Liberia; el fornido
Stephen o el rapidísimo
Ibra.