Óscar Murillo3 min lectura"Nos vamos calientes, con bronca, porque hicimos una buena primera parte y ellos, sin hacer nada, nos hicieron un gol en un córner en la segunda. Ése quizás lo acusamos un poco... y llegó el segundo, pero Nabil acortó distancias y Álex tuvo el empate al final", resumía en la zona flash de entrevistas ante los micrófonos de LaLiga TV un Germán Pezzella cariacontecido, ya que tuvo la oportunidad, después del amago de peinada en el primer palo de Saúl Ñíguez que sorprendía a Rui Silva de despejar el gol olímpico en el segundo palo, aunque no lo logró, por lo que el 0-1 subió al marcador, dejando muy tocado al conjunto de Manuel Pellegrini, que había tuteado al Atlético de Madrid y merecido mejor suerte, con un tanto anulado a Luiz Henrique por un fuera de juego milimétrico de Borja Iglesias.
Para el internacional albiceleste, no puede suponer una excusa la plaga de lesiones que está sufriendo el Real Betis en este primer tramo de curso, con Juanmi todavía renqueante y Fekir recién retornado después de dos dolencias musculares, además de caer esta jornada Luiz Felipe y Sabaly, cambios obligados. "Son situaciones que se dan y tenemos que sobreponernos. Hay varios compañeros fuera y son muchos partidos para el resto, pero no podemos perdernos en eso".
Por su parte, atendía también a pie de campo al querido compañero Antonio Callejón un Antoine Griezmann feliz, que dedicaba el tanto a su hijo, que "hoy estará muy contento también". El delantero galo, autor de un doblete preñado de calidad, con un acierto con cada pie, recordaba que venían encorajinados después del empate postrero de los vecinos franjirrojos en la jornada intersemanal, gracias a un penalti transformado por Radamel Falcao: "Perdimos dos puntos en casa contra el Rayo y nos ha costado aquí un poco al principio. Apretamos en defensa y, por suerte, marcamos dos goles, pero Nabil metió esa falta, que fue impresionante, y tuvimos que sufrir". Se le escapaba una media sonrisa al ex de Real Sociedad y Barcelona, que acompañaba su loa al compatriota con un gesto manual que demuestra el respeto y la admiración que siente.
Volviendo al 0-1, Griezmann se vanagloriaba de haberlo buscado con intención, no a voleo: "El gol olímpico es el que me faltaba; la intenté meter cerrada ahí y salió bien. Por suerte, nos sirvió para ganar en casa de un gran rival y seguir ahí arriba".