"Envidia sana" de Pellegrini, una conversación con Del Bosque por Rubén Castro y el final de carrera deseado

El ex delantero y ex entrenador verdiblanco bromea: "Todo el mundo ve normal que un presidente tenga 8-9 entrenadores, pero lo que no es normal es que un entrenador tenga 8-9 presidentes en seis años"

"Envidia sana" de Pellegrini, una conversación con Del Bosque por Rubén Castro y el final de carrera deseado
El preparador madrileño alienta al delantero canario durante la etapa de ambos en Heliópolis. - CORDON PRESS
Villa GómezVilla Gómez5 min lectura

La segunda parte de la entrevista a Pepe Mel en 'Relevo' deja jugosos titulares. El madrileño, delantero del Real Betis a principios de los 90 (1989-1993) y entrenador del primer equipo verdiblanco en dos etapas bastante convulsas (2010-2013 y 2014-2016), coincidiendo con los dos últimos descensos a Segunda y las llamadas 'operaciones retorno', rememora con cariño su etapa en los banquillos aquí, que tuvo momentos peliagudos: "El entrenador del fútbol no sólo está las horas del césped, sino que tiene que hacer muchas cosas más. Hay mucha gente que no conoce este dato, salvo los que lo vivimos. Cuando empezó Rafa Gordillo de presidente, en diciembre, teníamos que ir a Tenerife, y a mitad de semana entró en mi despacho y me dijo 'Pepe, no podemos viajar. No hay dinero'. Ése era el Betis de 2010. Una empresa (cervecera) pagó el viaje y el hotel. El Real Betis Balompié compitió en Tenerife, en Segunda División, gracias a ella".

Con todo, la alegría de ascender y muchos momentos buenos le permiten bromear al respecto: "Lo más curioso que he vivido fue en el Betis. Todo el mundo ve normal que un presidente tenga ocho o nueve entrenadores, pero lo que no es normal es que un entrenador tenga ocho o nueve presidentes en seis años, desde 2010 a 2016. La experiencia de uno engrandece el trabajo, tengo que estar muy agradecido a todo lo que he vivido en el fútbol". A lo mejor echa de menos cierto reconocimiento, aunque no hace 'sangre': "Con saberlo yo es suficiente. Sí lo ha valorado la afición. A mí todavía hay quien me para y me dice 'muchas gracias, míster, por lo que hiciste'. No tienen por qué, primero porque soy bético como ellos y era mi trabajo, me sentía responsable de todo eso". Lo que no quita su visión del Betis actual: "Cuando veo a Manuel Pellegrini manejar a futbolistas que ganan millones de euros siento envidia sana y siento orgullo de haber ayudado a que el Betis esté en esta situación".

Tiene una 'espinita' clavada con Rubén Castro: "He estado con él diez temporadas; con un mismo futbolista son muchas, y más si no son en el mismo equipo. Fiché a Rubén del Huesca para el Rayo Vallecano cuando nadie creía en él; el Deportivo lo tenía desahuciado. Del Rayo me lo traje al Betis, y fue un acierto total en su carrera, en la mía y para el Betis. Formó una dupla muy buena con Jorge Molina. Luego, he compartido con él espacio en Las Palmas y Málaga. Es un futbolista que, como toque la pelota dos veces, una mínimo es gol (...) Hablé de esto con Vicente del Bosque. Es una pena que no haya sido, aunque sea una vez, internacional por España. Es muy difícil que alguien todos los años marque más de 15 goles en Primera cuando ha estado. No ha sido valorado por los diferentes seleccionadores en su momento. Entiendo que había un montón de delanteros, pero igual que los que fueron, si quitas a Villa y Fernando Torres, en ese paquete podría haber estado Rubén".

Por último, expresa un deseo para el final de su carrera, aunque tiene sólo 60 años: "Sería impensable de alegría volver a entrenar al Betis otra vez. Pero sí me gustaría aportar mi experiencia a nivel de cantera. De esa experiencia y la demostración de tantos años con chavales se aprovecharía el club que yo quiero. Tengo la ilusión de que un año, no muy lejano, pueda utilizar este oficio en el club que quiero, que es el Betis. Es lo que he hecho como entrenador".

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