Opinión

Los amigos de Joaquín no son sevillistas, son mis amigos

Saviola, Nolito, Baptista, Marchena, Jesús Navas o Sergio Ramos, todos con pasado sevillista, fueron aplaudidos por la afición bética en el homenaje a su capitán. Un gesto que, en especial los canteranos nervionenses, no podrán olvidar

Alberto GálvezAlberto Gálvez
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Los amigos de Joaquín no son sevillistas, son mis amigos
Sergio Ramos despide a Joaquín señalándole como el número uno. - Lince

En cualquier barrio, en la vida misma, existe el lema de que "los amigos de mis amigos son mis amigos". Y eso fue lo que aplicó el beticismo anoche en el homenaje a su gran leyenda, Joaquín Sánchez. Fueron muchos los que hicieron lo imposible por acudir a su último partido. Toda una galería de estrellas cruzaron los distintos océanos para devolverle al '17' un ratito de la felicidad que él les había regalado tantas veces en un vestuario.

En los momentos más duros, donde la soledad o la presión mediática pueden causar estragos tan fuertes como una depresión, ahí siempre estuviste tú, Joaquín, con la música de tu vida, para sacarle una sonrisa a quien estuvo a tu lado. Y no le busques más explicación que ésta querido 'Juaco'. Ayer no tenías palabras para describir el cariño mostrado por esas 60.000 almas que acudieron a despedirte y los millones de personas que estuvimos con lágrimas en los ojos sentados en el sofá de casa. La felicidad solo se puede pagar con felicidad. Y te merecías esto. Era lo mínimo para todo lo que tú nos has dado.

Pero entre tú y yo sabemos que se te queda una espinita. No mereciste salir pitado de tu último derbi en el Sánchez Pizjuán. Porque por encima de los colores, están las personas. Y me lo dijo en una entrevista un tal Paco Jémez, que para estar en su equipo lo primero que hay que ser es una buena persona. Y no creo que haya persona en el mundo que no te quiera en el suyo.

Ayer algunos como Saviola, Nolito, tu querido amigo 'Hulio' Baptista, Marchena, Jesús Navas o el propio Sergio Ramos fueron aplaudidos por tu afición en un gesto que hasta a los canteranos sevillistas sorprendió. Creo que estaban igual o más nerviosos que tú. Pero esto es el señorío. La clase. Más allá de un regate o una rabona, están los valores. Y el de la amistad pura y sincera hoy en día no es que sobre. Los mejores diamantes de la Carretera de Utrera se pusieron tu camiseta para despedirte. ¡Qué más se puede pedir! Mis honores para Navas y Ramos y chapó para tu afición.

El Benito Villamarín demostró ayer cómo debe ser homenajeada en vida una leyenda. Daba igual la hora, el día, la lluvia. Había que estar y estar a la altura. Y los tuyos lo estuvieron. Hasta que se apagaron los focos y te vieron saludarles por última vez vestido de corto.

Desde estas letras, sólo espero y deseo que, cuando llegue el momento del último derbi de Jesús Navas, el beticismo no cometa el mismo error que la parroquia del Sánchez-Pizjuán hizo contigo. Que se olviden del escudo y sus colores, que por encima debe estar el respeto y el reconocimiento a una trayectoria sobrada de momentos gloriosos y otros muy desagradables como la pérdida de más de un compañero en el campo de batalla. Sin el de Los Palacios, sin su cabalgada en aquella final, quizás no seríamos campeones del mundo todos los españoles. Que no se nos olvide tampoco.

Sólo se me ocurre una cosa para que podáis enmendar vuestro error. Cuando le hagáis una despedida a vuestro 'Duende', llámenle y salden vuestra deuda con él. Que los niños están mirando y la sociedad tiene que avanzar. Y si es de la mano del deporte mucho mejor.

Del norte o del sur, del Sevilla o del Betis, nadie te podrá negar tu calidad humana señor Sánchez. Y la mayoría no te conocemos, pero no nos hace falta porque radias pureza por los cuatro 'costaos'. Descálzate ya CAPITÁN, camina sin espinilleras y respira tranquilo con los tuyos. Lo sabemos todos, te has ido, pero no.

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