No recuerda "un vestuario mejor que el del Betis" y pide a su agente que no le ofrezca al Celta: "Nunca me ficharán"

Interesante entrevista, la primera en español para los medios oficiales del Union Berlín, la que ha concedido Nenad Bjelica, técnico del equipo revelación de la pasada campaña en la Bundesliga, que trata ahora de no pagar la novatada que a tantos otros hundió en la miseria. Sin una plantilla lo suficientemente amplia y potente para compaginar la Champions League y el torneo regular, lucha por evitar el descenso, aunque superó una terrible racha de 16 partidos consecutivos sin ganar (13 derrotas, 12 de ellas encadenadas) con un triunfo ante el Borussia Mönchengladbach. Desde entonces, centrados ya "en lo que da de comer", casi la mitad de los puntos al zurrón para ser decimocuartos, con ocho unidades de colchón. "Hemos podido levantar el vuelo. Aquel 3-1 ante el 'Gladbach' te llena de confianza; los jugadores están menos atenazados y han podido salir de esa zona de confort, que era un plus, aunque concentraba toda su atención, porque era la UCL", sentencia el de Osijek.

Recuerda el otrora mediocentro su paso por LaLiga, que arrancó en el Albacete Balompié y terminó en la UD Las Palmas, con el Real Betis de por medio, antes de volver a casa y realizar un tour por Centroeuropa que le llevó al Kaiserlautern, para retirarse en Austria (Admira Wacker y Kärnten). Precisamente en Klagenfurt se inició en los banquillos, ejerciendo de jugador-entrenador, para especializarse ya y tener, a los 52 años, una trayectoria interesante que, en algún momento, le llevó a estar sobre la mesa de algún director deportivo ibérico. Spezia Calcio, Dinamo de Zagreb, Austria de Viena, Trabzonspor... Bjelica se ha curtido, aunque aún no le ha llegado el salto a España, de donde guarda grandes recuerdos. "Estoy muy agradecido a Benito Floro. En el Carlos Belmonte estuve casi cuatro años. Nunca he estado en ningún sitio, ni como entrenador, tanto tiempo. Era joven, en una ciudad muy agradable y acogedora, con muchos jóvenes y una afición que amaba a su equipo, el 'Queso Mecánico'", recuerda.

"Iniesta era recogepelotas cuando yo jugaba. En Croacia se sorprendieron mucho, porque dijo que yo fui su ídolo cuando ya era una estrella del Barça. Tenía 10 años y fui a verlo con un amigo. Su padre me dijo que en un mes se iban todos a Barcelona. Con esa edad, lo recuerdo de la misma manera que cuando tenía 25-26. Manejaba la pelota como un juguete", asevera el míster del Union Berlín, que se deshace en elogios hacia el Betis: "Estábamos varios balcánicos, pues coincidí con Jarni, Vidakovic, Stosic y Nadj. Entre nosotros hubo muy buena relación. Es un club impresionante. No sé si he tenido un mejor vestuario que aquél. Cada día, una hora de chistes antes de entrenar. No estaba aún Joaquín, pero sí Alexis, Márquez, Cañas, Sabas... Muchos chicos de la zona, muy divertidos. Disfrutamos mucho de esa temporada con Serra Ferrer. Luchamos por el campeonato hasta las últimas jornadas y jugamos la final de Copa, que perdimos 3-2 contra el Barça"

Se vanagloria Bjelica de haber jugado bastante "en una plantilla con Finidi, Alfonso, Pier, Alexis, Prats, Roberto Ríos, Luis Fernández, Jaime... Jugadores muy, muy buenos" que enumera como si fuese ayer y no mediados de los 90. "La segunda temporada, con Luis Aragonés, jugué un poco menos y, a los seis meses decidí marcharme a Las Palmas". Pero se quedará siempre en su corazón: "En 1997 nació en Sevilla mi primer hijo. Le tengo mucho cariño a la ciudad y al club". Por supuesto, en la charla salió a colación el famoso gol en las semifinales del torneo del K.O. ante el RC Celta, tras no devolver el balón que se había mandado fuera para asistir a un rival. "Ahora me llaman representantes ofreciéndome el Celta y les digo que seguro que nunca me ficharán. Si hubiera estado otro equipo, habría reaccionado de la misma manera. Fue un partido muy polémico; ellos perdían tiempo, rompían el ritmo. Con 'fair play', devolvíamos la pelota. Dijimos 'ya no más'. De ese saque de banda, meto el gol. Y todos contra mí. Te puedes imaginar la vuelta allí. Sufrimos muchísimo, yo personalmente también, porque ellos no aceptaban aquella decisión. Por eso me recuerdan en Sevilla... y en Vigo. Pero tengo mucho respeto al Celta. Eso sí, no me arrepiento".