Lo de Dovbyk, surrealista
Lo de Dovbyk en el Olímpico rozó lo surrealista: falló dos penaltis seguidos y dejó que Özer se luciera con tres paradas históricas.

La Roma vivió una de las noches más insólitas de su historia reciente en la Europa League: un triple penalti fallado que acabó convirtiendo al portero del Lille, el turco Berke Özer, en héroe inesperado del encuentro. Los italianos, que buscaban prolongar su buena racha de victorias, terminaron cayendo por la mínima (0-1) en el Estadio Olímpico.
Un inicio cuesta arriba
El choque se torció muy temprano para los giallorossi. Apenas en el minuto 6, un error del lateral Tsimikas, presionado en la banda izquierda, permitió que Correia asistiera a Haraldsson, que definió con precisión para adelantar al conjunto francés. La Roma, con bajas sensibles como la de Dybala y varios cambios en el once de Gasperini, nunca logró reponerse del golpe inicial.
Resistencia francesa
Aunque la Roma dispuso de la posesión y buscó asociar a Soulé y Wesley en ataque, el Lille se mostró sólido y peligroso al contragolpe. El joven Bouaddi fue un incordio constante, generando ocasiones como la que habilitó a Sahraoui antes de la media hora. En defensa, el cuadro galo supo neutralizar las embestidas locales y, cuando no, apareció la figura de Özer bajo palos.

El momento surrealista
Con el tiempo agotándose, llegó la acción que marcó la noche. En el minuto 79, el árbitro señaló penalti por una mano de Mandi dentro del área. El ucraniano Dovbyk asumió la responsabilidad, pero su disparo fue atajado por Özer. El lanzamiento tuvo que repetirse por invasión de área, y de nuevo el guardameta turco le adivinó la intención al delantero.
Increíblemente, una tercera repetición fue ordenada después de que el portero se adelantase en la ejecución. Esta vez fue Matías Soulé quien tomó el balón, pero el resultado fue el mismo: otra parada milagrosa de Özer, que se convirtió en protagonista absoluto del partido.
La Roma, sin ideas, Lille eficaz
Más allá del insólito episodio, lo cierto es que la Roma nunca encontró la manera de superar a un Lille muy bien plantado, que aprovechó su ventaja temprana y resistió hasta el pitido final. Los italianos llegaron a acumular hasta 20 disparos, pero casi ninguno con verdadero peligro.

Con esta derrota, el conjunto de Gasperini ve cortada su racha de triunfos y revive el fantasma de los penaltis, un problema que ya persiguió al técnico en su etapa con la Atalanta. El Lille, en cambio, se marcha de Roma con tres puntos valiosísimos y un portero convertido en leyenda europea por una noche