Jesús Galiano4 min lecturaJosé Mourinho ha completado su primera temporada al frente del Fenerbahçe sin alcanzar los objetivos esperados. El técnico portugués ha cerrado su curso debut en el fútbol turco sin conquistar ningún trofeo, mientras que su gran rival, el Galatasaray, se ha llevado todos los honores.
Bajo el mando de Okan Buruk, el Galatasaray ha tenido una semana de ensueño: primero, se adjudicó la Copa de Turquía tras vencer al Trabzonspor con un contundente 0-3, y pocos días después selló la Superliga turca con un triunfo por 3-0 sobre el Kayserispor, proclamándose campeón con dos jornadas de antelación. Mientras tanto, el Fenerbahçe sumaba un triunfo sin repercusión ante el Eyüpspor (2-1), en un partido donde marcaron En-Nesyri y Dzeko.
Sin embargo, el momento más polémico llegó cuando Fernando Muslera, el veterano guardameta de 38 años, lanzó y convirtió un penalti en los minutos finales del partido decisivo. Aunque no era su primer gol, el gesto fue interpretado como una provocación directa hacia Mourinho, especialmente por el simbolismo del momento.
El portugués no tardó en mostrar su malestar: “La forma en que se festeja un título dice mucho del carácter de un equipo”, declaró con tono crítico.“Hacer que el portero tire un penalti con 2-0 en el minuto 90 es muy revelador”, añadió con amargura.
El Galatasaray, lejos de esquivar la polémica, respondió con mensajes en sus redes sociales dirigidos indirectamente al portugués. Frases como "Al final, el bien siempre triunfa" o "Solo los auténticos", en alusión al apodo del técnico luso, “The Special One”, encendieron aún más la rivalidad.
Esta temporada ha acentuado la tensión histórica entre ambos clubes. El Fenerbahçe, que no gana la liga desde la 2013-14, ha invertido fuerte en nombres como Fred, Skriniar, Amrabat y el propio Mourinho, sin éxito. Por su parte, el Galatasaray ha consolidado su dominio doméstico con su vigésimo sexto título liguero.
En el plano internacional, el Fenerbahçe tampoco ha logrado sobresalir. Cayó eliminado en la fase previa de la Champions League y fue apeado en los octavos de la Europa League. A falta de una jornada, suma 81 puntos, ocho menos que su eterno rival, que ya ha asegurado el campeonato.
Ante los rumores que lo colocan al frente de la selección portuguesa, Mourinho ha sido tajante: “No he tenido ningún contacto con la federación. Soy leal, y si un club se interesa en mí, primero lo comunico al Fenerbahçe. Eso ya ocurrió en enero”.
De esta forma, José Mourinho cierra un curso complejo, marcado por la falta de títulos, roces institucionales y un clima hostil con el Galatasaray, que ha sabido aprovechar el contexto para seguir ampliando su leyenda en el fútbol otomano.