Grandes novedades para Míchel ante un histórico partido

El Girona se juega este sábado algo más que tres puntos en Montilivi. El enfrentamiento ante el Real Oviedo, programado a las 14.00 horas, se presenta como una final anticipada para los de Míchel Sánchez, que necesitan ganar para escapar de los puestos de descenso y recuperar el pulso competitivo perdido en el arranque del curso. El choque, correspondiente a la jornada 10 de LaLiga, servirá además para conmemorar un hito histórico: el club gerundense disputará su partido número 200 en Primera división.

Después de la ajustada derrota en Montjuïc frente al FC Barcelona por 2-1, donde el equipo ofreció una imagen más sólida y competitiva, las sensaciones en el vestuario han mejorado notablemente. La plantilla confía en que aquella actuación sea el punto de partida para reencontrarse con la victoria ante un rival directo en la lucha por la permanencia. Ambos conjuntos llegan empatados a puntos, por lo que el duelo promete máxima tensión y exigencia.

Regresos que cambian el panorama

El técnico madrileño recibe tres buenas noticias que pueden marcar la diferencia. Azzedine Ounahi y Thomas Lemar, recuperados de sus respectivas lesiones musculares, están listos para volver a la convocatoria. Ounahi, que estaba siendo uno de los futbolistas más determinantes antes de caer lesionado frente al Espanyol, regresa justo cuando el Girona más necesita talento y verticalidad en ataque. Lemar, por su parte, llevaba sin jugar desde el 30 de agosto, pero ya ha completado dos entrenamientos con el grupo y podría tener minutos frente al Real Oviedo.

A estas altas se suma la de Iván Martín, que vuelve tras cumplir sanción. Su regreso aporta equilibrio y creatividad al mediocampo, una zona en la que Míchel ha tenido que improvisar en las últimas jornadas por las numerosas bajas. Aun así, el entrenador seguirá sin poder contar con Alejandro Francés ni con David López, además de las ausencias de larga duración de Van de Beek y Juan Carlos.

Un duelo para creer de nuevo

La cita ante el Real Oviedo es vista internamente como una oportunidad de oro para dar un golpe en la clasificación. Ganar no solo facilitaría una salida de los puestos de descenso, sino también reforzar la confianza de un grupo que ha tenido un complicado inicio de temporada. Montilivi se prepara para empujar a un equipo que, pese a los altibajos, ha demostrado tener argumentos para competir.

Con el regreso de piezas clave y el aliento de su afición, el Girona confía en firmar una victoria en su partido 200 en Primera división, para devolver la confianza perdida a la afición.