El destino lo pone todo en su sitio: la "casualidad" con Reyes y el gesto de clase con una sevillista

La viuda del malogrado delantero celebra que la estatua en su memoria se haya colocado donde le pidió matrimonio, al tiempo que el Manchester United se disculpa con una aficionada nervionense que expulsó por error en la ida de cuartos con una camiseta firmada

El destino lo pone todo en su sitio: la "casualidad" con Reyes y el gesto de clase con una sevillista
Hinchas nervionenses en Old Trafford. - SFC
Villa GómezVilla Gómez4 min lectura

El fútbol es mucho más que darle patadas a un balón. Ese reduccionismo maniqueo queda para politicuchos y populistas con a saber qué objetivos, porque el deporte rey, en España y en casi todo el mundo, destroza tópicos y abandera sentimientos como la pasión, la ilusión, la ambición o el espíritu de superación. Dos momentos coincidentes en el tiempo, a pocos kilómetros además, demuestran que el karma siempre se sale con la suya. El destino, antes o después, pone las cosas en su sitio. Y, en este caso, ha hecho justicia de alguna forma con dos sevillistas. Uno, José Antonio Reyes, el malogrado delantero de Utrera que fallecía el 1 de junio de 2019 a los 35 años en un accidente de tráfico cuando volvía a casa desde Almendralejo junto a dos familiares, un primo que también perdió la vida y otro que quedó grave. El pasado viernes, el Ayuntamiento de su localidad natal y su familia erigían una estatua en su honor en el céntrico Paseo de Consolación, a las puertas del Estadio San Juan Bosco.

Su viuda, Noelia López, reflexionaba en varias 'stories' de Instagram sobre el acto, destacando "la bonita casualidad" de que la efigie se colocara en ese sitio en concreto, donde "había un bar llamado ‘El Espeto’" donde la pareja acudía "con frecuencia y todos los Lunes Santos para ver recogerse a la Virgen de la Consolación". Allí, una de esas fechas señaladas, ocurrió algo muy especial para ella: "Me pidió matrimonio. Reunió a todos nuestros familiares y amigos, y llegó el día que tanto había estado anunciando, y nos tenía a todos intrigados. Cuando me enteré de que la escultura en honor a mi marido sería allí, pues habían demolido el bar, no pudo contener mi emoción. Nuestra querida Utrera te rindió homenaje y estás para siempre con ellos en un lugar (...) donde me pediste matrimonio hace justo ocho años, como esos ocho maravillosos años que compartimos juntos. Otra señal más de que estás siempre con nosotras. Nuestras hijas y yo te llevamos en nuestros corazones”.

La segunda historia sucedió en Mánchester el 13 de abril, durante la ida de cuartos de final de la Europa League. Como cuenta su madre, Rocío Escribano, la joven aficionada sevillista Adriana Parejo fue expulsada de Old Trafford por las fuerzas de seguridad al explotar una bengala cerca de su asiento. Al no encontrar durante la investigación posterior prueba alguna de la 'fechoría', el United envió a la hispalense una camiseta oficial del equipo firmada por todos sus jugadores en señal de disculpa. Un gesto que demuestra la clase que, gane o pierda, debe diferenciar a los clubes grandes de los que solamente pretenden serlo. Un detalle nimio, teniendo en cuenta el mayúsculo presupuesto de los mancunianos, pero que seguramente reconcilia en parte a una hincha blanquirroja con el club que convirtió el 'Teatro de los Sueños' esa noche en una pesadilla para ella, aunque su equipo lograra un 2-2 prometedor.

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