Alberto Gálvez3 min lecturaA falta de cuatro jornadas para que concluya la temporada en Primera División y con los objetivos en juego aún, es mucha la tensión que se palpa sobre el terreno de juego en todos los partidos. Además de los intereses colectivos, están los individuales y muchos de los futbolistas saben que tienen los últimos partidos para buscar crecer el próximo curso o ganarse la renovación.
Pues bien, uno de los grandes protagonistas del Girona-Villarreal ha sido Yeremy Pino. Al menos en el primer tiempo, donde el extremo estuvo en todas las jugadas claves del partido y casi acaba expulsado de la forma más absurda. Pero, finalmente, el colegiado Pizarro Gómez fue bastante benévolo con él y le perdonó la segunda amonestación.
En primer lugar, el futbolista internacional fue el autor del tanto que estrenó el marcador en Montilivi. Corría el minuto ocho del encuentro, cuando Nicolas Jackson entró en acción y se recorrió medio campo con el balón controlado para, en última instancia, darle una asistencia magistral en boca de gol al propio Pino, quien sólo tuvo que deslizarse para empujar el esférico a puerta vacía en el segundo palo. Lo celebró con rabia el canario, consciente de la final por la Champions League que se estaba jugando su equipo en tierras catalanas.
Sin embargo, quince minutos después, una falta cometida por él sobre Arnau le costó una cartulina amarilla y, a la postre, dicha acción a balón parado acabó con el empate del conjunto gerundense (1-1). Y quizás, fruto de esa rabia, instantes después, protagonizó la que pudo ser la expulsión más tonta de la jornada y de LaLiga.
Pese a tener ya una amonestación, mostró su desacuerdo con una decisión arbitral y dio un pelotazo hacia la grada, con la fortuna de que el balón terminó golpeando en la pared del estadio, donde se encontraban los agentes de seguridad del estadio, quienes se llevaron un susto tremendo por la violencia de su despeje.
Eso sí, viendo el daño que había podido causar, Yeremy Pino se disculpó rápidamente, sobre todo, porque vio cómo el árbitro se dirigía hacia él. Finalmente, le pidió calma y nada más.
Ya en la segunda mitad, Yeremy Pino volvió a ser un incordio para la defensa del Girona con su velocidad y con su lucha. El atacante isleño trató de llevar a los suyos hacia el camino de la victoria por todos los medios posibles, pero acabó siendo sustituido en el minuto 80 por Manu Trigueros. Y es que gran parte de las opciones de jugar la Champions League para el Villarreal pasaban por ganar hoy en Montilivi.