Parecía cerrado. Todo apuntaba a que los
40 millones de su cláusula, los mismos que siempre ha exigido el presidente
Pepe Castro, cerraban la puerta de salida de
N'Zonzi, un futbolista que ha crecido exponencialmente en el Sevilla en su rendimiento hasta convertirse en un 'box to box' -defensa y ataque- cotizadísimo en Europa.
En Italia, de hecho, se publica que la
Juventus busca otras alternativas y podría renunciar al todavía jugador del
Sevilla para centrarse en un 'plan B' en el que se incluye al centrocampista del Liverpool
Emre Can (23 años), por el que podría haber ofertado 25 millones de euros;
Matuidi (30 años), quien ha expresado su deseo de dejar el PSG de Emery al que acaba de llegar Neymar; o el madridista
Kovacic (23 años), que busca más protagonismo pese a que Zidane quiere mantenerle en el plantel.
Sin embargo, el
'caso N'Zonzi' está más vivo que nunca. Su agencia de representación
ha manifestado a ED que el jugador se quiere marchar, que Berizzo y el presidente lo saben, y que espera que le dejen salir pronto. El propio
Berizzo no se ha atrevido a manifestar que no vaya a haber alguna salida antes de que se cierre el mercado. Mal asunto, porque cuando un jugador quiere cambiar de aires, raro es el que no lo consigue, aun estando atado a cláusulas millonarias, como es el caso. A sus 28 años,
N'Zonzi puede firmar un contrato con el que ganaría el doble de lo que percibe en el Sevilla para formar parte de un club que aspira a ganar la
Champions.
La foto, desde luego, es envidiable. Aunque los 222 millones pagados por
Neymar son un claro ejemplo de que se ha perdido el valor del dinero, no parece descabellado que el
Sevilla exija 40 'kilos' por
N'Zonzi teniendo en cuenta, por ejemplo, que el
Southampton ha pagado 20 millones de euros al conjunto italiano por
Mario Lemina (23 años).
Salvo que la
Juve pague su cláusula, no parece probable que
N'Zonzi se vaya antes de que juegue la previa de la
Champions (el 22 de agosto es el partido de vuelta), circunstancia que no le impediría disputar la competición con la Juventus y cumplir su deseo.
Castro tiene ante sí otra difícil papeleta en un verano muy movidito, aunque el presidente ha salido airoso de todos los conflictos y a éste, que estaba oculto pero latente, tendrá que darle una solución en dos pasos. El primero, hacer caja, negociando si es necesario. No se puede tener a un futbolista descontento dentro de un vestuario porque el mejor de los profesionales acaba dando la nota negativa cuando tiene la mente en otra parte. Y el segundo, agradecer los servicios prestados y fichar mejorando a
N'Zonzi, tarea realmente complicada pero no imposible. En el
Sevilla ya ha quedado demostrado otras muchas veces que no hay ningún jugador imprescindible y, mucho menos, que esté por encima de una institución centenaria.