Real Sociedad 1-2 Real Madrid: Líder entre polémicas

Con polémica, como en los dos partidos anteriores, y sabiendo aprovechar las pocas opciones que le dio su rival, el Real Madrid se hacía con el liderato de LaLiga en el Reale Arena. Un penalti muy protestado sobre Vinicius, aprovechado por Sergio Ramos, y un gol de Benzema en el que los locales pidieron una mano previa fueron suficientes para evitar que el tanto de Merino, al final, frustrase la fiesta blanca. Otro gol, anulado a Januzaj por fuera de juego posicional del propio Merino, aumentaba un debate que se va a agrandar en los próximos días tras las palabras de Piqué y lo acontecido en San Sebastián.

 

La presencia de Vinicius y, sobre todo, de un James que no jugaba ni un minuto en Liga desde el mes de octubre, sorprendían en el bando blanco. Los donostiarras salían con el verdugo copero de los blancos, Isak, de arranque, tratando de buscar la velocidad que ya le había sido tan útil en ese precedente.

 

El Madrid apretaba de nuevo de inicio, como en los dos partidos previos, robando en las cercanías de la portería de Remiro, que veía cómo a los tres minutos Vinicius tenía en sus botas una oportunidad magnífica para haber adelantado a su equipo. Por fortuna para él, le cogió a pierna cambiada, con su derecha, y no fue capaz de atinar con la portería donostiarra. 

 

Esa presión inicial y la velocidad realista ofreció unos diez primeros minutos de ida y vuelta, en los que los acercamientos se sucedieron en ambas áreas, aunque sin llegar a concretar ni finalizar jugadas. 

 

La intensidad no decaía y tampoco las imprecisiones, que deparaban un exceso de centrocampismo y una pelea sin consecuencias. Tan sólo una entrada de Vinicius, cuya velocidad es lo que más buscaban en el bando blanco y que logró frenar Gorosabel, fue lo único sobresaliente en medio de la lucha.

 

Con media parte agotada, la presión de la Real estaba siendo altísima y el Madrid tenía muchos problemas para salir de su campo. Regalaba demasiados balones, lo que le impedía asumir el control del juego que desearía y tanto James como Benzema estaban inéditos. Todo el ataque madridista llegaba por la banda izquierda, en la que Gorosabel se las tenía que ver con Marcelo y Vinícius, quienes se hacían la cobertura continuamente.

 

Veinteinueve minutos hubo que esperar para que llegara el segundo intento de disparo del Madrid. Kroos, de volea desde la frontal del área, lanzaba muy alto.

 

Un robo de balón de Valverde creaba, a los 33 minutos, la primera superioridad blanca. El uruguayo se resbalaba y se dejaba el balón algo atrás al dar el pase, que le llegaba mal a Benzema y su disparo acababa en las manos de Remiro. Un minuto después repetía disparo Casemiro, pero desde demasiado lejos para sorprender al portero vasco.

 

El Madrid apretaba en los últimos minutos de la primera mitad, en los que no podía concretar una larga jugada que esperaba Ramos, cual delantero centro, en el punto de penalti y, a continuación, Vinicius (42'), el mejor del partido, se fabricaba su ocasión y obligaba a Remiro a hacer la primera parada de cierto mérito en el encuentro.

 

El desgaste donostiarra había sido muy grande en este primer tiempo y el Madrid estaba dominando los ultimos minutos, en los que la Real se limitaba a defenderse en su campo, lo que no había hecho en los 40 minutos anteriores. Al menos, logró frenar la acometida y se marchó a vestuarios con un empate totalmente merecido. 

 

Nada más volver de vestuarios, Vinicius, omnipresente en el ataque blanco, trenzaba una jugada personal en la que a trompicones se escapaba de dos defensas y acababa disparando mal cuando lo tenía a placer, pero el árbitro interpretó que Llorente le había tocado la pierna de apoyo y pitó penalti. La polémica jugada, muy protestada por los jugadores locales, servía para que Ramos, tras engañar a Remiro, adelantara al Madrid.

 

Un minuto después, el propio central camero recibía un golpe en la rodilla y, pese a aguantar unos minutos, acababa dejando su puesto a Militao. La lesión no parece grave, pero el hecho de que Ramos haya tenido que desistir hacía saltar las alarmas.

 

A los 61 minutos llegaba el primer disparo donostiarra. Aunque sin nada de peligro, al menos era un aviso de lo que no habían hecho hasta ese momento. Fue tras un robo de Portu que acabó en los pies del recien ingresado Januzaj, quien probaría fortuna desde lejos. A él le sucedería un doble remate local que lograba sacar la defensa capitalina. Entre medias respondería Kroos, con un disparo, también desde fuera del área y sin aparente complicacion para Remiro, que el meta vasco no detuvo de primeras y a punto estuvo Vinicius, otra vez, de llegar al remate.

 

La Real, claramente, se iba a por el empate, aumentaba el riesgo en la presión y lograba que el Madrid apenas lograse pasar de medio campo. Así llegaba el gol de Januzaj, con un disparo franco desde el borde del área al que no llegaba Courtois. Sin embargo, como ocurrió ante el Valencia, había un jugador (Merino) en la trayectoria del balón que estaba en fuera de juego y el árbitro catalán interpretaba que quitaba la visión a Courtois y acababa anulando la jugada. Otra polémica de la que se hablará toda la semana.

 

Sin tiempo para protestar respondía el Madrid. Valverde peleaba un balón y lograba meter un centro en el área, Benzema controlaba con el hombro -según el VAR- y tras hacerse un hueco, engañaba a Remiro. Las protestas arreciaban y tras consultarlo el colegiado con la sala VOR, el gol subía al marcador.

 

No se rendía el equipo donostiarra, quien ya se iba abiertamente al ataque, mientras el Madrid esperaba una contra para sentenciar definitivamente. Sin embargo, la parada para hidratación marcaba un teórico antes y después del partido. El Madrid hacía cambios sin descender su nivel -entraron Mariano y Asensio-, mientras que Imanol tenía que tirar de dos chavales para dar descanso a dos de sus piezas fundamentales: Odegaard y Zubeldia. Es la diferencia del poderío de uno y otro.

 

Sin embargo, cuando parecía que la Real se resignaba llegaba una jugada aislada en la que Merino cazaba una bola suelta y la colocaba arriba, donde Courtois no podía llegar. Era el 1-2. Faltaban nueve minutos de partido y el duelo estaba de nuevo abierto. La ilusión crecía en las huestes donostiarras, que no tenían nada que perder.

 

Con el partido roto y la Real jugándoselo todo al ataque, Zidane hacía los últimos cambios para afrontar seis minutos de prolongación de infarto y con la entrada de Modric trataba de dormir el encuentro. Sin embargo, el balón seguía siendo más de unos locales que, a base de ilusión, atacaban sin descanso, aunque también de forma desordenada, lo que hacía que el Madrid no sufriera. Hay nuevo líder en LaLiga.