Opinión

Una inoportuna gymkana

Óscar MurilloÓscar Murillo
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Una inoportuna gymkana
- Óscar Murillo
Si el Sevilla acaba confeccionando de nuevo una plantilla competitiva que le dé para luchar por títulos y por clasificarse entre los seis primeros, habrá que pensar en una suerte de inercia ganadora que está por encima de los nombres de sus profesionales, más ligada al crecimiento y la estabilidad logrados por la institución en sí.

Porque, tras un verano de 2015 movido por los tanteos a Emery por parte de equipos extranjeros, los preámbulos del de 2016 están siendo una carrera de obstáculos tan inesperada como inoportuna. Primero, con el amago de Monchi, que pidió al club marcharse por cansancio físico y mental, generando muchas horas de incertidumbre en Nervión. Tanto para los dirigentes como para los aficionados, pues nadie en blanquirrojo estaba preparado para la transición que algún día seguirá a la etapa de gestión del principal artífice de esta década prodigiosa. Queda por ver si la situación podrá reconducirse felizmente, pues permanece la sensación de que el isleño permanece un poco a disgusto. Y, por si fuera poco, la 'espantá' de Emery, acompañada por un 'impasse' eterno que impide que Sampaoli, un sustituto teñido de incógnita, pueda ejercer libremente.
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