WATERPOLO

¿Cuáles son las reglas básicas del waterpolo?

El waterpolo es uno de los deportes más exigentes del mundo, sin embargo, también está regido por unas normas muy claras, que aunque sean complicadas de hacer cumplir, permiten la deportividad en el agua

¿Cuáles son las reglas básicas del waterpolo?
Un partido de waterpolo entre España e Italia - Cordon Press
Francisco SalasFrancisco Salas 5 min lectura

El waterpolo es uno de los deportes acuáticos más exigentes y dinámicos que existen y está regido por un reglamento muy preciso que hace que aunque sea complicado, siempre haya cierto control de la situación en la piscina por parte de los árbitros. Estas son las normas fundamentales que definen el juego del waterpolo.

Composición de los equipos y dimensiones del campo

Cada equipo de waterpolo está formado por 13 jugadores, de los cuales 7 están en el agua al mismo tiempo: 6 jugadores de campo y un portero. El resto conforma el banquillo, donde se pueden hacer sustituciones de manera libre, siempre que se respeten las zonas de cambio. Los partidos se disputan en piscinas especiales con una profundidad mínima de 3 metros, lo que impide que los jugadores hagan pie en ningún momento. Las dimensiones estándar del campo varían ligeramente entre categorías, pero en competiciones profesionales suelen rondar los 30 metros de largo por 20 de ancho.

Duración del partido y pausas

Un partido de waterpolo se divide en cuatro cuartos de ocho minutos cada uno, con pausas entre periodos para descanso e instrucciones tácticas. El tiempo es efectivo, lo que significa que el reloj se detiene cada vez que la pelota no está en juego, por lo que un partido puede durar bastante más que los 32 minutos reglamentarios. Cada equipo cuenta con cuatro tiempos muertos por partido, uno por cada cuarto. Estos descansos estratégicos duran un minuto y pueden ser solicitados cuando el equipo tiene posesión del balón.

Equipamiento y señales visuales

Para diferenciar a los equipos, los jugadores deben llevar gorros de colores: generalmente, los locales visten blanco o colores claros, y los visitantes, azul o tonos oscuros. Como excepción, si el equipo local tiene un color nacional oscuro, se puede invertir esta regla. Por su parte, los porteros llevan siempre gorros de color rojo con detalles en blanco o azul, según su equipo. El balón utilizado en waterpolo es más grande que uno de balonmano, flota en el agua y tiene un diseño rugoso para facilitar el agarre incluso cuando está mojado.

Regla de posesión y ataque

Una de las reglas más importantes es la del tiempo de posesión. Cada equipo tiene 30 segundos para finalizar una jugada ofensiva. Si en ese tiempo no ha lanzado a portería o el balón no ha tocado el marco, pierde la posesión y esta pasa automáticamente al rival. Este sistema garantiza el dinamismo del juego y evita estrategias defensivas demasiado pasivas. Además, cuando un equipo recupera el balón, tiene máximo 30 segundos para completar su acción ofensiva, aunque ese reloj se puede reiniciar en determinadas situaciones, como si el balón toca al portero o a la portería.

Contacto físico y características del juego

El contacto físico está permitido, lo cual convierte al waterpolo en uno de los deportes más duros. Sujetar, empujar e incluso forcejear forman parte del juego, siempre dentro de unos límites. Esta intensidad hace que la fuerza física, la resistencia y la capacidad de tomar decisiones rápidas sean fundamentales para competir. No obstante, el contacto está regulado. No se permite golpear, hundir a un rival sin balón, ni interferir con las acciones del contrario de forma antideportiva. Esto lleva a las dos grandes categorías de infracciones: las faltas ordinarias y las faltas de expulsión.

Faltas de expulsión

Estas son infracciones más graves, que afectan directamente al desarrollo del juego. Cuando un jugador comete una falta de este tipo, debe salir de la piscina durante 20 segundos de tiempo efectivo, dejando a su equipo en inferioridad numérica (6 vs. 7). Si el equipo que sufre la expulsión no recibe gol en ese tiempo, el jugador puede volver al juego.

Un jugador que acumule tres expulsiones queda automáticamente fuera del resto del partido.

Entre las acciones que provocan una falta de expulsión están:

  1. Salpicar de forma intencionada en la cara o los ojos

  2. Comportamiento antideportivo, insultos o protestas al árbitro

  3. Salir voluntariamente de la piscina sin permiso arbitral

Incluso casos especialmente graves, el jugador puede ser expulsado de forma definitiva sin opción de regresar, e incluso ser sancionado para partidos posteriores.