Sandor Martín y el gran momento del boxeo español

El boxeo español va a vivir en la madrugada de este sábado al domingo un momento histórico, pues Sandor Martín se va a enfrentar a Alberto Puello por el título mundial del peso superligero del CMB en Nueva York. Hace muchos años que no vemos a la bandera rojigualda en lo alto del noble arte, pero en esta ocasión el barcelonés se lo ha ganado y tiene la opción de lograrlo. Aunque para conseguirlo ha tenido que esperar y mucho, pues lleva casi dos años sin pelear, desde el momento en que se convirtió en el aspirante oficial, una bendición y a la vez una cruz, pues le ha tenido mucho tiempo en el dique seco hasta que ha llegado el puertorriqueño.

El combate ante el invicto Puello será el culmen de una carrera surgida a base de trabajo y más trabajo desde su Barcelona natal, donde toda la vida ha estado entrenado por su padre, Rafa Martín. El oponente es de órdago, pues sus 23 peleas se han saldado con su victoria, sin embargo Sandor es perro viejo y tiene opciones. Además, el escenario es inmejorable, pues va a ser parte de una cartelera que tendrá como momento estelar la defensa del cinturón del peso ligero de la Asociación Mundial de Boxeo por parte de Gervonta Davis, que será muy favorito ante Lamont Roach.

Un camino de espinas con un final dorado

Pese a los casi dos años parado Martín ha peleado y mucho, pues en su carrera ha saltado al ring como profesional un total de 45 veces. De ellas en 42 le han levantado el brazo y solo ha caído en tres ocasiones , algunas de ellas extremadamente polémicas. Y es que no es ningún secreto lo complicado que es para un español tratar de hacerse un nombre en el boxeo mundial, y muchas veces hay que pegar el peaje en forma de decisiones controvertidas, como la de su pelea contra Teófimo López.

Pero ahora quiere hacer saltar todo ante el peligroso zurdo. Lo que está claro es que no va a acusar el tiempo parado, pues no ha parado de entrenar. Esta vez lo que tiene claro es que va a ir a por todas, de hecho, ha confesado en la previa que va a ir a por el KO, lo que denota que tiene hambre de ganar y de hacerlo de forma incontestable, no dejando ni siquiera la posibilidad de que alguien piense que lo ha hecho injustamente.