Beto toma ventaja en la portería
Su presencia en la final de Tiflis es un claro indicio de quién iniciará la temporada como titular; en el pasado, Emery ya dio Champions a un portero y Liga a otro.
Después de una 14/15 movida en la portería, en la presente Beto y Sergio Rico partieron de nuevo de cero. Durante la pretemporada, ambos guardametas han mostrado sus credenciales y Tiflis era un buen termómetro para conocer cuáles son las preferencias de Unai Emery en el arranque de temporada.
La elección del cancerbero era posiblemente la mayor incógnita para la Supercopa y finamente el elegido fue Beto. Emery apostó por la veteranía y el carácter del meta luso, que recuperó una titularidad perdida la campaña pasada por los problemas físicos y por la buena labor de un Sergio Rico que creció mucho durante la campaña y mantuvo el puesto cuando el portugués regresó de su lesión.
Beto volvió encajando cinco goles, pero lo cierto que sufrió al Messi más certero, que el Sevilla no jugó precisamente su mejor partido en defensa y que incluso evitó alguno más. Tuvo mala fortuna en dos de los goles azulgranas, en el de Rafinha porque antes había aguantado bien un mano a mano con Luis Suárez, y en el quinto, ya que su parada a Messi fue meritoria.
En cualquier caso, Beto sabe que no puede bajar la guardia porque Emery va a evaluar su rendimiento casi cada partido y porque Sergio Rico no va a bajar el pistón. Las cosas pueden cambiar incluso antes del inicio de la Liga, el 21 contra el Málaga, en la que se podrá comprobar la decisión final de Unai Emery.
Una de las fórmulas que baraja el técnico de Hondarribia es la alternancia. Dar la Liga a uno de los porteros y la Champions y la Copa a otro. Es algo que ya hizo en su primera temporada completa en Nervión, con Beto y Varas, si bien el canterano jugaba la Europa League, no la Champions, y cuando comenzó la parte más dura de la competición, en octavos contra el Betis, Varas desapareció del once.
Sí hay un antecedente en la carrera del técnico en la que otorgó la Liga a un portero, Guaita, y la Champions a otro, Diego Alves. Fue en la 11-12 y las buenas actuaciones del brasileño en la máxima competición continental hicieron que posteriormente fuera también el portero de la Liga, un dato que demuestra que el vasco se guía más por el rendimiento que por cualquier otro factor. Por ello, el antecedente de Tiflis se puede considerar un indicio, pero no una certeza.
La elección del cancerbero era posiblemente la mayor incógnita para la Supercopa y finamente el elegido fue Beto. Emery apostó por la veteranía y el carácter del meta luso, que recuperó una titularidad perdida la campaña pasada por los problemas físicos y por la buena labor de un Sergio Rico que creció mucho durante la campaña y mantuvo el puesto cuando el portugués regresó de su lesión.
Beto volvió encajando cinco goles, pero lo cierto que sufrió al Messi más certero, que el Sevilla no jugó precisamente su mejor partido en defensa y que incluso evitó alguno más. Tuvo mala fortuna en dos de los goles azulgranas, en el de Rafinha porque antes había aguantado bien un mano a mano con Luis Suárez, y en el quinto, ya que su parada a Messi fue meritoria.
En cualquier caso, Beto sabe que no puede bajar la guardia porque Emery va a evaluar su rendimiento casi cada partido y porque Sergio Rico no va a bajar el pistón. Las cosas pueden cambiar incluso antes del inicio de la Liga, el 21 contra el Málaga, en la que se podrá comprobar la decisión final de Unai Emery.
Una de las fórmulas que baraja el técnico de Hondarribia es la alternancia. Dar la Liga a uno de los porteros y la Champions y la Copa a otro. Es algo que ya hizo en su primera temporada completa en Nervión, con Beto y Varas, si bien el canterano jugaba la Europa League, no la Champions, y cuando comenzó la parte más dura de la competición, en octavos contra el Betis, Varas desapareció del once.
Sí hay un antecedente en la carrera del técnico en la que otorgó la Liga a un portero, Guaita, y la Champions a otro, Diego Alves. Fue en la 11-12 y las buenas actuaciones del brasileño en la máxima competición continental hicieron que posteriormente fuera también el portero de la Liga, un dato que demuestra que el vasco se guía más por el rendimiento que por cualquier otro factor. Por ello, el antecedente de Tiflis se puede considerar un indicio, pero no una certeza.