El emparejamiento europeo en los cuartos de final de la
Liga de Campeones ante el
Bayern de Múnich ha traído consigo, entre otras cosas, la visita a otro de los grandes santuarios del fútbol en el Viejo Continente, un
Allianz Arena (llamado en Europa Bayern Arena) que el próximo 11 de abril se sumará a una interesante lista de la que ya forman parte
Anfield y
Old Trafford.
Un estadio cinco estrellas en el que caben casi 70.000 personas y que se encuentra en el barrio de Fröttmaning, al norte de Múnich, donde el 2 de octubre de 2002, colocó la primera piedra el mítico
Franz Beckenbauer. Una obra faraónica que costó 341 millones de euros y que cuenta con un vanguardista exterior formado por 2.874 paneles que, además, dan cobijo al cartel publicitario más grande de
Europa.
Su particular salida al césped, haciéndolo los futbolistas desde bajo de tierra, le ha hecho ganarse el sobrenombre de "la salida de los gladiadores". Una majestuosa obra de arte en la que, por si fuera poco, se consume en cada partido 15.000 refrescos, 40.000 cervezas y 20.000 salchichas. Pura delicia para los cinco sentidos.
Hasta 160.000 peticiones de entradasCon capacidad para unas 70.000 personas y unas peticiones de entrada de hasta 160.000 interesados de toda Alemania, lo que está claro es que el
Allianz Arena estará a reventar el próximo 11 de abril, con motivo de la visita del
Sevilla. Un equipo, y una afición, que no verá peligrar el 5% del aforo que le reserva la
UEFA, pero que tendrá en frente a un estadio que esperaba la cita desde antes de conocerse el emparejamiento, cuando el
Bayern ya tuvo que cerrar el cupo para las solicitudes.