Entrevista ED

Óscar Arias cuenta su verdad

Óscar Arias cuenta su verdad
- Alejandro Sáez
Alejandro SáezAlejandro Sáez 10 min lectura
El ya exdirector deportivo del Sevilla, Óscar Arias, analiza para ESTADIO Deportivo su experiencia al frente de la parcela deportiva nervionense; una temporada convulsa en la que acabó siendo destituido a cinco jornadas del final y en la que considera que ha sido víctima de una "doble vara de medir" en la que sólo se le atribuyen los aspectos negativos y en la que los éxitos conseguidos adjudicados a otros.

- ¿Qué planes de futuro tiene Óscar Arias?
- Hay algunas opciones, pero las cosas están muy verdes todavía. Nada serio por el momento.

- ¿Cómo director deportivo, o bajo otro rol?
- En principio, como director deportivo, al margen de que después pueda salir cualquier otra cosa que, una vez estudiada, me pueda interesar. Ahora mismo, mi idea es como director deportivo, pero no hay nada concreto. Aquí en España es complicado, apenas se ha movido el mercado, y lo que se ha movido ha sido de manera muy concreta. Las cosas que están saliendo son cosas de fuera.

- Su desvinculación con el Sevilla es ya total, ¿no?
- Sí, ya firmé mi salida y todo está arreglado. En ese sentido, se han portado fenomenal, no tengo ningún reproche. Todo han sido facilidades y la verdad es que estoy muy agradecido.

- ¿Ha hablado con el presidente tras su destitución?
- La verdad es que no hemos vuelto a hablar. Hablamos un poco el día después y ya no hemos vuelto a hacerlo más.

- Volviendo un poco a ese momento, ¿cómo recibió la noticia?
- Son situaciones difíciles. Llevaba un año complicado y uno no es nuevo en esto. Escuchas muchas cosas y lees otras que, según dónde las lees o las escuchas, sabes de dónde vienen. Entonces, ya tiene uno la idea de por dónde pueden venir los tiros o que -se refiere a ser destituido- es una opción que puede estar ahí. La verdad es que ha sido una decisión complicada en un día difícil, justo después de una eliminatoria perdida ante el Barca de una manera muy dolorosa.

- Me consta que la plantilla le transmitió su cariño al confirmarse su adiós.
- Sí, la verdad es que sí. Tanto cuando me despedí de ellos como muchos de ellos, después, a nivel personal. Me han expresado su afecto y su apoyo, por lo que les estoy muy agradecido a todos.

- ¿Qué balance hace de su temporada al frente de la dirección deportiva del Sevilla?
- El balance hay que hacerlo, como siempre, a final de temporada, más allá de haber sido un año extraño, un poco convulso y con situaciones complicadas o resultados dolorosos y difíciles de explicar. Si analizamos con perspectiva esta temporada: finalista de Copa, clasificados para otra final que, por ahora, no se sabe en qué fecha vamos a jugar (Supercopa de España), los cuartos de la Champions después de 60 años sin conseguirlo, clasificación europea para la temporada que viene... Bajo mi punto de vista, todo eso no se puede considerar una mala temporada. Y además, en mi opinión, considero que para conseguir esos logros no se han podido hacer, entonces, las cosas tan mal. Evidentemente, más allá de que haya habido cosas que no han funcionado, un equipo que ha conseguido las cosas que ha conseguido... Muy malo, muy malo no puede ser.

- Entiendo, por tanto, que se considera culpable de los fiascos, pero también de haber hecho historia con el Sevilla, pues llegar a los cuartos de la Champions era algo que nunca se había conseguido (bajo el actual formato).
- Más allá de las dificultades que ha habido y de las cosas malas, creo que lo que nos ha penalizado muchísimo han sido los resultados. Algunos de ellos han dejado una sensación horrorosa y eso es doloroso; afecta mucho a todos. No hay nadie que se considere sevillista al que eso no le afecte. Eso lo ha sobredimensionado todo. Al final, creo hay que poner en valor lo que se ha conseguido, pues se han hecho cosas que son importantes. Se han vivido momentos históricos también, no sólo cosas malas. Y de eso que se ha conseguido, algo de responsabilidad debo tener yo. No creo que sólo sean mi responsabilidad los aspectos negativos que se han dado en el club. Muchas de las cosas negativas que han pasado se me pueden apuntar a mí, otras, innegablemente, no. Pero de las positivas también hay que hacer la misma lectura.

- ¿Se considera cabeza de turco?
- Creo que después de la final de Copa se llega a un momento difícil y la gente está muy enfadada. Era un momento para transmitir serenidad. Cuando las cosas salen mal, hay que ser fuertes y saber responder. Creo que ahí nos equivocamos, al querer dar respuesta inmediata a un mal partido y hacerlo de esta manera. Creo que no era ni la decisión correcta, ni la adecuada, ni la proporcional. Al final, destituir al director deportivo a falta de cinco partidos no sé qué repercusión iba a tener en nada, pero... Ya es pasado.

- El presidente José Castro, durante el anunció de su destitución, explicó la decisión asegurando (textualmente) que "la planificación no había sido la más adecuada". Marchena, adjunto de Caparrós en la actual parcela deportiva, durante una reciente entrevista a ED, aseguraba, en cambio, que partían de la base de que "hay una buena plantilla" y que no van a volverse "locos" porque "el equipo está hecho". Algo no cuadra...
- (Sonríe) Entiendo que cuando se toma una decisión así, de destituir a un profesional, algo tienes que decir y me parece, hasta cierto punto, normal. Creo recordar que desde el principio de temporada, en muchísimas declaraciones, se decía que la planificación era buena. Luego ya no se tocó, se incorporaron las opciones que vinieron en enero y de momento ya se convierte en mala. Son percepciones que yo no comparto porque, además, creo que no es así. Los actuales dirigentes deportivos del club, incluido el técnico, resaltan que es buena, por lo que no cuadra mucho que se pueda defender una cosa y la contraria a la vez.

- Otros argumentos esgrimidos durante el anuncio de su salida es que la temporada había tenido "altibajos" y que la final de Copa había sido "deplorable". Cuando el presidente fue cuestionado por su posible dimisión, en cambio, se escudó en los cuartos de final de la Champions y en la final de Copa, que "muchos otros habían visto por televisión". Imagino que también le chirría eso.
- Parece ser que yo soy el responsable de la temporada tan irregular que hemos tenido y la deplorable final de Copa y sin embargo parece ser también que no tengo nada que ver con que hayamos jugado los cuartos de la Champions y de que hayamos llegado a jugar dicha final de Copa.

- Se lo toma con filosofía.
- Sí, todo eso ya es pasado.

- La base de la estructura actual es prácticamente la misma que la que había con Óscar Arias. De hecho, sigue una figura como Emilio de Dios, que vino con usted. ¿Qué ha cambiado?
- Cambian las personas que toman las decisiones. La estructura de la dirección deportiva se mantiene, o eso tengo entendido, con sus dos secretarías técnicas, con Ramón Vázquez y con Emilio (de Dios) en lo más profesional. No sé si lo van a cambiar, pero para mí sería un error, ya que entiendo que ése ha sido el éxito del Sevilla a lo largo de todos estos años.

- ¿Exportará el modelo sevillista allá donde vaya?
- Espero que donde vaya pueda tener la capacidad de afrontar esa toma de decisiones y poder gestionar la dirección deportiva; hacer un equipo de trabajo como el que tiene el Sevilla. Es una metodología adecuada y una forma muy eficiente de conseguir resultados, como se ha demostrado.
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