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El Sevilla padece una pena máxima

El Sevilla padece una pena máxima
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Pleno de aciertos frente al Levante y el Akhisar: tro de los más consumados lanzadores de penaltis del Sevilla es Pablo Sarabia, el único blanquirrojo que lleva pleno esta temporada. El madrileño ha anotado los dos que ha lanzado hasta el momento. El primero lo logró el pasado 25 de octubre, en la contundente goleada ante el Akhisar (6-0), en la tercera jornada de la Fase de Grupos de la Europa League. Repitió en el último choque liguero, que acabó con una ‘manita’ al Levante (5-0). Sarabia hizo el momentáneo 4-0 tras un falta sobre Promes.
Aitor TorviscoAitor Torvisco4 min lectura
El Sevilla caminó el pasado miércoles, por enésima vez ante el Barcelona, por ese delgado alambre que separa el éxito del fracaso. Por una fina línea de once metros que dejan una vez más a los de Nervión con una pena máxima, rememorando entre lamentos cuan distinta podría haber sido su suerte en el Camp Nou si Éver Banega transforma el penalti que tuvo en el minuto 27 para hacer el 1-1 y poner más cerca las semifinales de Copa.

En ese momento fue cuando el Sevilla perdió la eliminatoria, por mucho que en el momento de la parada de Cillessen al tiro del medio argentino los de Pablo Machín todavía estuviesen virtualmente clasificados. A partir de ahí, los goles locales cayeron por inercia. Ni siquiera en el momentáneo 4-1 se respiraba fe en la proeza.
Arana celebra el gol -no le faltan motivos pero no era momento ni lugar- en lugar de correr hacia la portería; un gesto que más que para ahorrar tiempo, es para intimidar al rival, como espetando: ‘Y ahora te voy a meter otro’. Pero no hubo nada de eso.

La ilusión, como mostró el lenguaje corporal de los sevillistas, se evaporó a partir del penalti fallado. Se le encogió la pierna a Banega como a Wissam Ben Yedder en Tánger, con el mismo oponente pero esta vez con Ter Stegen como verdugo.  El franco-tunecino falló en el minuto 90 un lanzamiento que habría llevado a la prórroga la final de la Supercopa de España disputada a partido único en Marruecos el 12 de agosto.

Dos penaltis fallados que podrían haber granjeado un título y las semifinales de la Copa del Rey. Una ‘pena máxima’, ya que son los dos únicos que no han acabado en gol de los 12 disparos desde los 11 metros que ha ejecutado el Sevilla en esta temporada. Ocho de ellos se fueron al fondo de las mallas directamente (cinco de Banega, dos de Sarabia y uno de Ben Yedder).

Más suspense hubo en los de André Silva contra el Villanovense, en la vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa, y de Quincy Promes el pasado fin de semana ante el Levante, en la jornada 21 de LaLiga. El meta de los extremeños, Ismael Gil, y el de los valencianos, Oier Olazabal adivinaron y pararon sus disparos en primera instancia; pero ambos cazaron luego sus propios rechaces y acabaron marcando. Es decir, que ese maleficio desde los 11 metros sólo afecta al Sevilla contra el Barcelona. Y no es algo de este curso. Por este mismo trance tuvo que pasar Vicente Iborra en el encuentro de vuelta de la Supercopa de España de la 2015/2016. Claudio Bravo detuvo el chut del ahora jugador del Villarreal, pero las consecuencias fueron menores, ya que el Barça ganaba 1-0 ( y acabó ganando 3-0) tras vencer en la ida en Nervión por 0-2.