La racha acabó en
ocho jornadas seguidas sin perder. No lo hacía desde el 6 de octubre y, estadísticamente, el error tenía que llegar más pronto que tarde.
No se acaba el mundo. Por caer ante el
Villarreal -y el otro día con el
Apoel- este Sevilla no es menos fiable ahora. No hay nadie infalible y no hace falta ser adivino para augurar que este equipo tan bien trabajado no perderá muchos partidos como el de este domingo. No hay cabida para cebarse en la crítica; pero es obvio que el encuentro deja reflexiones importantes.
El Sevilla de
Lopetegui se ha ganado a pulso el
derecho a fallar, pero bien es cierto que da rabia que el error llegue justo cuando el
liderato estaba al alcance de su mano y después de conceder en su área dos ocasiones impropias de la mejor defensa del torneo.
Carriço, sorpresa en el once, no mantuvo el alto nivel de
Koundé y, en líneas generales, el equipo estuvo varios peldaños por debajo de sus habituales niveles de solidez. La otra conclusión sería una consecuencia de la primera. Si a un equipo con consabidos problemas para materializar el caudal de peligro que genera y
sin velocidad ni desborde en los últimos metros, le dejas sin su solvencia defensiva, lo normal es que se la acabe pegando. Por suerte, se ha hecho un gran trabajo para que este desliz no tenga secuelas graves.
Rony Lopes fue el descarte de la lista de 19 y estuvo en la grada, como
Bryan Gil después de su mal partido el jueves. Así, ante las bajas de
Nolito y Ocampos, Lopetegui apostó en bandas por
Óliver Torres y Munir, autor del primer disparo a puerta, en el 2'. La réplica visitante llegó con una serpenteante conducción y remate alto de
Gerard Moreno y con una falta en la frontal provocada por el escurridizo pero intermitente Chukwueze, pero mal ejecutada por
Quintillà.
Franco Vázquez, titular en lugar de Jordán, y
Banega fueron los escuderos de
Fernando. Sin Cazorla,
Trigueros escoltaba a
Iborra junto al omnipresente
Zambo Anguissa. Esas dos tripletas de centrocampistas soportaban casi todo el paso de un partido en el que el Sevilla tenía la iniciativa, pero sufría mucho para superar la presión de un organizado Villarreal, que logró ponerse por delante. El
0-1 llegó en un córner
mal defendido por los locales, que dejaron solos a tres de los mejores cabeceadores rivales. Primero permitieron un cabezazo de Iborra en el primer palo y luego otro de Albiol, que ganó la marca a Carriço y marcó a placer, con Gerard Moreno solo en el segundo poste por si había rechace.
Es la tercera vez en estas 17 jornadas que el
Sevilla empieza perdiendo. Las otras dos fueron en el 0-1 ante el Madrid y el 3-2 contra la Real, por lo que colocarse como colíder dependía de que el equipo fuese capaz de protagonizar su
segunda remontada este curso. Con el marcador en contra, necesitaba exhibir otros recursos, como la verticalidad; máxime teniendo en cuenta que no era su día más lúcido con el balón. Tenía que subir el ritmo, reducir toques y jugar más cerca de la portería de
Asenjo. Cuando por fin comenzaba a merodear zonas de peligro, una preciosa rosca desde la frontal de
Moi Gómez hizo contener la respiración a Nervión, que suspiró cuando el balón se fue por encima de la
escuadra de Vaclik.
El Sevilla, que lo intentó con un cabezazo de
Diego Carlos en una falta colgada por Banega y con un centrado disparo lejano de Óliver Torres, abría mucho el campo y percutía por medio de
Navas y Reguilón, con mejores penetraciones que centros. Y, hablando de centros, resulta frustrante jugar con un tipo de 1'95 como
De Jong y que, además de
no aportar goles, no esté nunca en el sitio donde caían la lluvia de pases aéreos de sus compañeros. Ni remató, ni prolongó, ni bajo...
Albiol y Pau, soberbios,
lo repelían todo y al descanso se llegó con 0-1.
Cada partido, Lopetegui tiene más difícil justificar
por qué el holandés es titular indiscutible. Nadie lo entiende.
Se marchó entre pitos y dejó su puesto a
Chicharito en el 59', pero el mexicano tampoco fue capaz de crear peligro. Antes del primer cambio sevillista, una volea cruzada de Reguilón que no entró por centímetros, reanimó el partido tras una fría reanudación y, acto seguido, Vaclik interveno en un mano a mano con Gerard.
La alegría fue efímera
Es curioso y da qué pensar. Se va De Jong, incapaz de rematar centros y, en la siguiente subida de
Reguilón, en lugar de colgar el balón
la pone atrás y halla el
portentoso remate de Munir, que celebró su
séptimo tanto de este curso, el segundo en LaLiga en dos jornadas consecutivas. Es decir, queda ya claro que el hispanomarroquí
tiene gol y que le
cuesta meter uno que sea feo.
Pocas, prácticamente ninguna, concesiones ha ofrecido este Sevilla en lo que va de curso; pero hasta
la mejor pluma realiza algún borrón. Ante el Villarreal tuvo
dos errores y los pagó muy caros. En el 74', Gerard cortó por el centro del área pidiendo la pelota, se quedó protestando que sus compañeros no leyesen su desmarque y despistó a la zaga sevillista, que se tragó la irrupción de
Trigueros, quien asistió con clase para que el
Toko Ekambi anotase a placer el definitivo
1-2.
Fue un
mazazo muchísimo más doloroso que el primer tanto. Le dejó muy tocado en lo anímico y no le quedó otra que arriesgar.
Jordán y Dabbur entraron por Óliver y Banega para acumular más gente arriba y buscar por insistencia la efectividad que no hallaba por la vía de la calidad.
El Villarreal se disfrazó de Sevilla, mezclando oportunismo y solidez espartana.
Albiol y Pau fueron ese muro que otros días levantaron
Diego Carlos y Koundé para que se estrellase al contrario. En esta ocasión, le tocó sonreír al rival. A Lopetegui, que
sigue sin encontrar fluidez ofensiva, le pagaron con su propia moneda.
- Ficha técnica:
1 - Sevilla: Vaclík; Jesús Navas, Carriço, Diego Carlos, Reguilón; Franco Vázquez, Fernando, Banega (Dabbur 78'); Munir, De Jong (Chicharito 59') y Óliver Torres (Joan Jordán 78').
2 - Villarreal: Asenjo; Mario Gaspar, Albiol, Pau Torres, Quintillà; Zambo Anguissa, Iborra, Trigueros (Funes Mori 88'), Moi Gómez; Chukwueze (Toko Ekambi 65'), Gerard Moreno (Rubén Peña 78').
Goles: 0-1 (13') Albiol; 1-1 (61') Munir; 1-2 (74') Toko Ekambi.
Árbitro: Adrián Cordero Vega (C. Cántabro). Amonestó a los locales Óliver Torres y Diego Carlos.
Incidencias: Partido de la decimoséptima jornada de LaLiga Santander disputado en el Ramón Sánchez Pizjuán ante 36.521 espectadores.