El Sevilla está
listo para pasar al siguiente nivel. Lo están sus dirigentes, la plantilla y también los aficionados. Nadie va a hacer sonar campanas ni a vender pieles de oso alguno, porque no procede; pero la
confianza en este cohesionado grupo que comanda Julen Lopetegui es inmensa. En toda la geografía española, nadie se olvida de mencionar al club nervionense a la hora de enumerar a los
grandes de España. Y en Europa, clasificado para la
Champions, con
seis títulos de la Europa League en sus vitrinas y a sólo unos días de luchar contra el
Bayern por su segunda
Supercopa de Europa, su tamaño es aún mayor si cabe.
Además, los tan pretendidos
Ocampos, Diego Carlos, Koundé y compañía siguen a día de hoy en Nervión, donde seguirán
Suso y
Bono y donde se han sumado el prometedor
Óscar Rodríguez y desde este miércoles también el querido Ivan
Rakitic. Monchi trabaja para mantener los
pilares del éxito de la 2019/2020 y hacer las mejoras necesarias para pulir pequeñas carencias, subir las prestaciones de este compactado bloque y pasar al siguiente nivel: el de
pelear por LaLiga.
¿Imposible? No para los del Sánchez-Pizjuán, donde -ojo- nadie sitúa el objetivo de la 20/21 en ganar el campeonato nacional; pero sí
se ven capaces de estar hasta el final codeándose en la cima de la clasificación de Primera división con el
Real Madrid, el
Barcelona y el
Atlético, a quienes esta pasada campaña se vio con mucho menos capacidad de intimidación que en un último lustro en el que se mostraron prácticamente infalibles.
Sobre este asunto versaba la última
#EncuestaHelvetiaED propuesta durante todo el día del miércoles en
www.estadiodeportivo.com y en la que un
80 por ciento de los participantes sitúan al Sevilla con capacidad suficiente como para aguantar toda la temporada en los primeros puestos de la tabla de Primera división y luchar incluso por el título si llega con opciones al desenlace. Un
20 por ciento de los votos, sin embargo, ven demasiado osado aspirar a ser campeones ligueros.
Así ocurrió, de hecho,
en la 06/07 y faltó muy poco para conquistar el segundo entorchado, tras el de la
45/46, bajo el mando de
Ramón Encinas. Ese curso, en el que el equipo nervionense entonces entrenado por
Juande Ramos conquistó su segunda UEFA, una Supercopa de Europa y la Copa del Rey y no añadió LaLiga por culpa de un polémico empate sin goles en
Mallorca con hasta
tres claros penaltis reclamados al siempre peculiar
Iturralde González, de quien no pocos se acordaban ayer al ser preguntados por las opciones de volver a presentar una candidatura al título.
"Este Sevilla está entre los mejores de la historia, seguro. Y queremos mucho más. Nuestra ambición no tiene límites. Estando con los pies en el suelo y sabiendo con los presupuestos que competimos. Tenemos la ilusión y la confianza que de aquí que empiece LaLiga tendremos un equipo muy competitivo. El objetivo está claro: consolidar el equipo en Champions. Es importante en el plano deportivo y económico. Queremos más. Se están haciendo las cosas bien para aspirar a más. ¿A qué? A todo. El Sevilla aspira siempre a todo", señaló sobre este debate el presidente, José Castro, en una entrevista en Marca.
"Por supuesto,
siempre pensamos en ganar LaLiga. Lo que ocurre es que es muy difícil, pero algún año llegará. El tiempo hará que logremos hacer un equipo tan competitivo para que
algún año la consigamos. Fácil no es con los poderosos que tenemos, pero seguro que habrá un momento de debilidad en los demás", añadió el mandamás nervionense, cuya opinión fue secundada por un
Sergio Reguilón que será un poco sevillista toda la vida después de su cesión, que el club intenta alargar.
"
Cada año se van igualando las cosas un poco más, aunque Real Madrid y Barça sigan siendo los mejores.
Puede llegar el caso de que el Sevilla compita por ganar la LaLiga y yo me alegraría mucho", ha deseado el madrileño en una entrevista en Radio Marca en la que ha hablado de su estrecha relación con Julen Lopetegui, un entrenador clave en su carrera, y
en la que no quiso dar muchas pistas sobre su futuro.
Aitor Torvisco5 min lectura