Quería seguir y no podía. La ganas del capitán sevillista le superaban, pero la realidad es que la lesión que se produjo ante el Lille no era para tomársela a broma ni para forzar. Tras retirarse a los 65 minutos ante el conjutno galo, el capitán sevillista se hizo ayer unas pruebas que han confirmado una lesión en el recto anterior de su cuádriceps derecho. Un percance que, según ha hecho público el Sevilla FC, le tendrá de baja "en torno a ocho semanas, en función de la evolución que vaya presentando el futbolista".
Julen Lopetegui se temía lo peor cuando al final del partido señaló que ni se planteaba que llegara al partido de este domingo, aunque difícilmente pensaría que iba a estar tanto tiempo sin él. "No llega al derbi, claramente. Tiene una lesión muscular; la valoración aún no la sabemos. Hay que esperar a su evolución", admitía entonces el entrenador guipuzcoano.
Hasta ahora, Jesús Navas había sido titular en nueve de los once partidos ligueros y había jugado al menos 45 minutos en 11 de esos 12. Montiel, su sustituto natural, sólo había contado con tres titularidades, en una de las cuales no pasó del descanso por decisión técnica. En las otras dos, frente al Valencia y a Osasuna, le cambiaron en los primeros minutos de la segunda mitad.
Ahora, el conjunto que adiestra Julen Lopetegui tendrá que afrontar este duro tramo hasta el parón navideño con el argentino como único lateral diestro de la plantilla sevillista. Con partidos muy importantes por delante, empezando por el derbi ante el Real Betis, los dos que quedan de la fase de grupos de la Champions...
Y el añadido del desgaste que le supondrá tener que marcharse con Argentina, pues ayer mismo le citó Lionel Scaloni, seleccionador argentino, para los dos próximos compromisos de la Albiceleste. En total, Jesús Navas se perdería entre once y doce partidos. El del Betis será el más cercano, pero luego llegaría en este mes de noviembre, tras el parón, la visita del Alavés y la del Wolfsburgo y la salida al Santiago Bernabéu para vérselas con el Madrid.
Y ya en diciembre empezaría recibiendo al Villarreal; visitando Salzburgo para el duelo que podría decidir la clasificación para octavos de Champions o, incluso, para la Europa League; viajando hasta Bilbao para jugar ante el Athletic y recibiendo al Atlético de Madrid para despedir el año. A ello habría que añadir el aplazado ante el Barça, que apunta a los días previos a Navidad.
Si se completan esas ocho semanas aún llegaría muy justo para visitar el Nuevo Mirandilla y enfrentarse tras Año Nuevo (2 de enero) al Cádiz; y el 9 al Getafe, ya en el Sánchez-Pizjuán. Un tramo de temporada, a tenor de los enfrentamientos y los rivales, que podría decidir el futuro del equipo.
José López4 min lectura