Giovani Lo Celso tuvo un paso tan fugaz como productivo por el Real Betis. Fugaz porque sólo fue un año, en el que deslumbró con su juego y relanzó su carrera; productivo porque, aparte de lo que mucho que dio sobre el terreno de juego, los 48 millones más variables que el Betis vio por su salida hacia el Tottenham lo convertían en el mayor traspaso de su historia.
El jugador argentino, por el que el Betis había pagado 25 millones de euros, dejaba una plusvalía de unos 21,5 kilos, dado que el PSG se había reservado el 20% de esa plusvalía y se llevaba una cifra cercana al millón y medio.
El problema es que el traspaso se cerró en 32 millones y los 16 primeros que cobró el Betis fueron por la cesión por esa temporada, por lo que la plusvalía sobre la que se hicieron las cuentas eran los 7 kilos que van desde los 25 a los 32 y no de los 25 a los 48 que fue la cifra final.
El PSG entiende que ésta era la cifra sobre la que tiene que valorarse el traspaso y que, por tanto, a él le tocaba cobrar algo más de 4,5 millones de euros. La disputa no se ha aclarado y ambos clubes han recurrido al TAS (Tribunal Arbitral del Deporte). Dos años después de que se cerrara el traspaso, Betis y París Saint Germain están citados el próximo 17 de noviembre por este tribunal para que defiendan sus versiones en el caso.
Tres millones, aproximadamente, están en juego. Una cifra a priori pequeña, pero que al Betis le hace mucha falta.
Rafa Devós2 min lectura