En el Palau, como en el Bernabéu (92-101)
El Real Madrid gana de nuevo un Clásico y alarga su racha hasta casi los dos años sin perder; Peñarroya ha perdido los seis que ha jugado y la afición culé estalla y saca pañuelos contra Joan Laporta

El Real Madrid se estrenó a domicilio ante el eterno rival y en el Palau. El 92-101 no manifestó la gran superioridad blanca ante un equipo barcelonista que estuvo muy bien, pero que tiene menos argumentos y fondo de armario que sus rivales. Y que salió más 'tocado' de lo que merecía, por un público que le echó en cara la derrota con pañuelos blancos y pidió la dimisión de la cúpula directiva de la sección con Laporta presente.
Los analistas decían en la previa que, en este partido, el acierto en el triple, donde el Barça era de los mejores de la Euroliga y el Madrid de los peores, sería clave. Y que también lo sería el rebote, dado que los blaugranas atacaban muy bien el rebote ofensivo.
El Real Madrid rompió con su dinámica y acabó con un impresionante casi 58% en triples que finiquitó con todos los intentos de reacción de su rival, mientras que el 36-21 bajo los tableros para los de Scariolo dejó muy claro quien había estado más agresivo y quien se había llevado esa pelea. Viendo la diferencia en el rebote y los porcentajes blancos parece casi un milagro que el Barça sólo perdiera de nueve este partido.

Pero es que el equipo blaugrana también estuvo muy bien en ataque, con un 52% en triples y también con buenos porcentajes de dos; y, por momentos, defendió bien, como le gusta a Peñarroya, aunque no con la continuidad suficiente como para hacer peligrar la victoria blanca. Sí para no salir humillado.
El Barça sólo fue arriba durante los dos primeros minutos (4-2). A partir de ahí ya fueron los blancos los que dominaron. Con un Trey Lyles al que nunca pudieron parar, un Campazzo que metía todo lo que lanzaba y un Tavares que dominaba a placer la zona, los once de desventaja al finalizar el primer cuarto no eran más porque Vesely había recordado al que hace dos años forzó la última derrota del Madrid en el Clásico.
Los madridistas siguieron a los suyo en el segundo cuarto, metiendo más piezas (Maledon, Hezonja...) en la ecuación de un Barça que, esta vez si, despertó y se puso a su altura. El 48-58 con el que se fueron al descanso, con ambos con unos porcentajes de tiro increíbles, auguraban una segunda mitad que ganaría el que defendiera mejor.
En cierto modo fue así, porque los porcentajes bajaron un poco, pero con el dominio del equipo madridista tan brutal bajo los tableros, o el Barça lo metía todo o la remontada sería imposible, como así fue. El Palau se encendió varias veces soñando con la remontada, pero cada vez que la divisaban aparecía Lyles para frustrar la fiesta.

Pese a ello, los blaugranas lograron reducir lo que apuntaba a humillación en el último cuarto y se permitieron soñar tras un gran minuto y medio que les puso a nueve puntos. No pasarían de ahí. El Madrid tenía controlado el partido y lo durmió para salir indemne de un nuevo Clásico. Cero de seis para Peñarroya ante el eterno rival. Lógico que la afición esté cansada de perder.
Ficha técnica del Barça 92-101 Real Madrid
Barça (23+24+21+23): Satoransky (7), Punter (18), Clyburn (19), Shengelia (13), Vesely (15) -equipo inicial-, Laprovittola (10), Fall, Cale (2), Parra (2), Brizuela (3) y Hernangómez (3).
Real Madrid (34+24+27+16): Campazzo (15), Abalde (2), Deck (4), Lyles (29), Tavares (7) -equipo inicial-, Hezonja (15), Garuba (5), Feliz (9), Maledon (12), Okeke (3), Len y Llull.
Árbitros: Sreten Radovic (CRO), Arturas Sukys (LIT) y Kristaps Konstantinovs (LET). Eliminaron con cinco faltas al local Satoransky (min.28). Señalaron falta técnica al entrenador local Joan Peñarroya (min.28) y antideportiva al local Punter (min.38).