La NBA tiene un problema
La mejor liga de baloncesto del mundo se enfrenta a un nuevo desafío al que encontrar solución parece casi imposible. Las recientes palabras de Michael Porter Jr. han reabierto el debate sobre un problema que crece a un ritmo preocupante

En la NBA, uno de los temas más candentes no tiene que ver con traspasos ni con la lucha por el anillo, sino con las apuestas deportivas. Lo que antes era un fenómeno paralelo al espectáculo se ha convertido en un foco de polémicas, sospechas y tensiones internas. Jugadores sancionados, investigaciones abiertas y declaraciones incendiarias apuntan a un problema serio que amenaza con crecer a un ritmo preocupante.
El último en encender la mecha ha sido Michael Porter Jr., nuevo alero de los Brooklyn Nets, que en el pódcast One Night with Steiny aseguró que lo que hemos visto "es solo la punta del iceberg". Para él, el baloncesto ha pasado a un segundo plano frente al interés por ganar dinero rápido. "En realidad, hay mucha más gente perdiendo dinero que ganándolo", añadió con contundencia.
Sanciones ejemplares y casos sonados
En los últimos meses, jugadores como Terry Rozier (Miami Heat) o Malik Beasley (agente libre) han estado bajo investigación. Pero el caso más grave fue el de Jontay Porter, ex de Raptors y Grizzlies, suspendido de por vida por manipular sus actuaciones para beneficiar apuestas, y que incluso podría acabar en prisión.

Michael Porter Jr., hermano de Jontay, explicó la tentación que supone para algunos: "Si puedes hacer ricos a tus amigos diciéndoles que apuesten 10.000 dólares y finges una lesión, ellos obtendrán una buena suma… Algunos vienen de la nada y piensan así, sin medir las consecuencias".
Un problema que va a más
El jugador de los Nets denuncia que las apuestas están distorsionando el juego y la relación con los aficionados. "Recibimos amenazas de muerte. Si hago un gran partido, enfado a los que apostaron en mi contra; si juego mal, enfado a los que me tenían en positivo. No podemos ganar. Creo que solo se debería poder apostar en Las Vegas y dentro de un casino", afirmó.
Aunque dejó claro que no justifica estas prácticas, Porter reconoce que entiende el contexto. "No digo que esté bien, pero algunos jugadores piensan así. Al final, vienen de no tener nada y ven en esto una oportunidad para que sus amigos también salgan adelante económicamente".
La NBA, que hace años abrazó el negocio de las apuestas como vía de ingresos, se enfrenta ahora a un desafío mayúsculo: proteger la integridad de la competición antes de que las sospechas erosionen su credibilidad y pongan en riesgo la confianza del público.