Decía Antonio Adán hace unos días, durante una entrevista con ESTADIO Deportivo, que su teléfono siempre estará disponible para una llamada del Betis, habida cuenta de que solo le queda un año de contrato en Heliópolis y que en la planta noble del Benito Villamarín parecen tener otros planes para la portería bética.
Una llamada que, de no producirse, irá en contra de los intereses deportivos del club (quizás no tanto de los económicos), como el propio guardameta demostró ayer durante su encuentro en el Coliseum Alfonso Pérez, en el que, entre otras cosas, detuvo un penalti a Portillo por partida doble.
Todo eso, pese a su pubalgia, la cual no fue impedimento para abrirse de piernas y lanzarse sin miedo en el rechace a la hora de atajar el posible gol azulón. Un cancerbero que suma puntos y que ayer, con el 0-1, también supo sacar un balón que bien pudo haber entrado. Como viene demostrando desde que arribó al Benito Villamarín, es un portero para una portería europea.