"Tengo una
especial devoción por este tipo de futbolistas. La temporada pasada vino con nosotros en la última jornada a jugar contra el Extremadura e hizo un partido bestial. Es un futbolista en el que tengo puesta muchas esperanzas. Es uno de los más desequilibrantes de la cantera;
tiene un nivel técnico escandaloso. Cada vez que pueda, intentaré contar con él”, confesaba
José Juan Romero tras el reestreno con el
Betis Deportivo de
Miguelete,
talentoso mediapunta aún en edad juvenil (17) que aprovechó con creces la media hora larga que le concedió el míster.
Así, el jerezano marcó
dos goles y demostró unas
enormes cualidades para asociarse entre líneas y percutir, tanto por banda como por dentro, la defensa rival. Uno de esos centrocampistas que encajan perfectamente en el 1-4-1-4-1 que dispone el preparador de Gerena, quien coloca por delante del pivote (Jaime Garijo o Miguel Rodríguez) a dos ‘tuttocampistas’ que le encantan:
Abreu (19) y
Rodrigo (18).
Y es que
el filial no es sólo Robert (17), cuya enorme calidad eclipsa a otros componentes de una generación prometedora que se está curtiendo en Tercera, donde compensan el menor nivel de los oponentes con la presión de tener que ascender como sea. De esta forma, José Juan modela a
Tellado como
carrilero, algo que hizo antes con un
Francis Guerrero asentado en su nueva posición con el primer equipo.
El de Valencina, extremo desequilibrante hasta la fecha, está
mejorando día a día en labores defensivas, convencido por el entrenador del B de que, así, se convertirá en un efectivo mucho más completo y aprovechable en el futuro por los grandes.
A
Abreu, con
media docena de goles en su haber para enlucir su enorme despliegue físico y su clarividencia en el pase, ya le ha echado el ojo
Setién, que tampoco pierde de vista a un
Julio Alonso (19) que
ha crecido mucho este curso y que alterna los costados sin que ello repercuta en su rendimiento.
Rodri, como el onubense, necesita ganar físico y regularidad para dar el último salto, aunque le
sobran clase y descaro. Extremeño como Robert, sueñan al unísono con
un futuro en verde y blanco.