Era la hipótesis que no necesitaba un anuncio oficial. También la más impopular. Pero, como se apuntaba ya en estas páginas desde el pasado 4 de mayo, la continuidad de
Quique Setién se abre paso como solución a la incógnita del banquillo verdiblanco, hasta el punto de que la decisión estaría ya prácticamente tomada, como avanzó este jueves
Canal Sur Radio.
Y es que desde la planta noble del
Benito Villamarín se filtra que, tras un primer análisis de la temporada, ha habido un
reparto de culpas entre varios estamentos, asumiendo todos cierta responsabilidad en lo que a todas luces ha sido un final "decepcionante" de la 18/19, enarbolando un propósito de enmienda común compatible con la ausencia de relevos.
Bien es cierto que, como asevera el ente público, ha habido un sondeo a varios entrenadores para conocer su disponibilidad y sus condiciones, tales como
Julen Lopetegui (que suena para el Bayern de Múnich) y
Phillip Cocu (ex de PSV, donde coincidió con Guardado, y Fenerbahce), al tiempo que se han estudiado algunos de los muchos ofrecimientos que han llegado a la secretaría técnica a través de agencias e intermediarios (
Abelardo), entre ellos de preparadores con contrato en vigor (
Roberto Martínez,
Rubi,
Javi Gracia). Ninguna de estas alternativas ha prosperado, bien por no convencer en el aspecto deportivo, especialmente porque sus contrataciones supondrían un cambio de estilo de juego, bien por el apartado económico. Llegados a este punto, en Heliópolis se habrían decantado por lo malo (y lo bueno) conocido, por lo que
Setién cumpliría su contrato.
No es ningún secreto que
Lorenzo Serra Ferrer era el menos partidario de la permanencia del cántabro dentro de la comisión deportiva, donde no hay votos de calidad, por lo que la opinión del balear cuenta tanto como la del presidente,
Ángel Haro, y la del consejero delegado,
José Miguel López Catalán, accionistas de enjundia, como el vicepresidente deportivo. En los últimos meses, la disensión ha sido mayor que a lo largo de la 17/18 y en el primer semestre del ejercicio que ahora expira, pues el alto ejecutivo de Sa Pobla era partidario de una destitución del entrenador por el que apostó hace dos veranos, ofreciéndole, además, un contrato largo para lo que se estila en el mundillo (tres años).
Algunas voces, incluso, apostaban por la marcha de
Serra al finalizar esta campaña, orillado en sus
decisiones y señalado por una
mala gestión de la ventana invernal de transferencias que él mismo reconoció públicamente en su última comparecencia en
Betis TV. Sin embargo, como quedó reflejado igualmente por este periódico, el vicepresidente deportivo no daba indicios de que baraje marcharse, por muy orillado que se sienta ahora. Antes al contrario, se mueve con la misma profusión, diligencia y celeridad que la pasada primavera, adelantando operaciones como la de
Juanmi y procurando otras.
De aquellas fuentes de la planta noble que abogaban por el adiós pactado de
Serra, hay quien se retractaba ayer, matizando, al menos, que las discrepancias con
Haro y
Catalán son puntuales, siempre menores en número y calado a los acuerdos que se han alcanzado en estos dos años naturales de trabajo conjunto. Persuadido o autoconvencido, el mallorquín parece que seguirá, como el resto de actores de esta película en verdiblanco.