El traspaso de
Junior Firpo al Barcelona por 18 millones de euros más 12 en variables se confirmó ayer. El jugador hispano-dominicano se marcha al conjunto culé por lo que supondría un total de 30 millones, una operación con la que el
Betis conseguiría igualar la
mayor plusvalía de su historia, la que dejó
Fabián Ruiz tras su marcha al
Nápoles el pasado verano.
Se da la circunstancia que ambos son canteranos, con lo que
el beneficio final es del 100%. Y es que el
Betis se ha convertido en los últimos años en un especialista en amortizar el producto de la casa, una dinámica de la que fue el gran precursor
Joaquín Sánchez allá por el verano de 2006, cuando, tras marcharse al
Valencia, dejó en caja 25 millones de euros, hasta ese momento el traspaso más alto de la historia del club. Luego le superaría
Fabián, unos años después, al marcharse al
Nápoles a cambio de los 30 millones de su cláusula de rescisión.
En el verano de 2017,
Dani Ceballos fichó por el
Real Madrid previo pago de los blancos de 16,5 millones (15 de su cláusula más los derechos de formación).
Todos, como
Junior, se han formado y han pasado por los escalafones inferiores de la factoría heliopolitana. Talento que ha dejado en las arcas verdiblancas importantes cantidades de dinero que han ayudado a la entidad a crecer.
Por ello, de concretarse finalmente, como todo parece, la marcha del lateral hispano-dominicano a
Can Barça, el
Betis habría recibido en los tres últimos años algo más de 75 millones de euros en traspaso de canteranos.
No obstante, en el
Betis no sólo han dejado importantes plusvalías los jugadores de la casa. De hecho, este verano, el meta catalán
Pau López se ha marchado a la
Roma dejando en caja la nada despreciable cifra de
29 millones de euros (23,5 más los 5,5 en los que estaba cifrado el 50 por ciento del pase de Sanabria que aún mantenía en su poder el conjunto capitalino).
Pau llegó el pasado verano, procedente del
Espanyol, en calidad de agente libre, por lo que en su caso, la plusvalía también ha sido del 100%.