Getafe-Betis: En la exigencia no caben los lamentos

La eliminación ante el Rayo frenó la mejor versión de esta temporada del Betis, que será evaluado por la respuesta que dé en Getafe al sonoro fracaso del jueves.

Este domingo, 26 de enero de 2020, es un día de inflexión para el Betis... otra vez; pues es el enésimo punto de inflexión este curso, tras las agónicas victorias ante Celta (jornada 11) y el Valencia (en la 14, tras caer en el derbi) o el triunfo en Mallorca (15), que fue el primero y hasta ahora el único a domicilio.

Hoy, una vez más, le toca levantarse y volver a caminar. Porque un proyecto no se mide por las veces que se cae un equipo sino por el modo que tiene de reponerse después de una dolorosa decepción. , es un fracaso de los que dejan mella; por la ilusión que había puesta en la Copa del Rey y porque este traspié llega justo en el mejor momento del Betis en lo que va de la 19/20. Un jarro de agua fría.

Por eso, al margen de esos tres puntos siempre valiosos, lo más importante en la sobremesa de hoy en el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe es ver la respuesta del Betis tras arruinar el sueño de la Copa con una infame actuación de un equipo lleno de titulares ante un Segunda que se permitió el lujo de rotar y, aun así, le dio todo un baño.

Quedarse con una competición a falta aún de cuatro meses de temporada es algo que va a afectar a todos. A los que actúan con normalidad, pues saben que se lo van a jugar todo a una carta y, sobre todo, a los que menos participan, pues pierden un foro muy útil para reinvidicarse y reclamar un sitio a Rubi.

Una vez que a la herida copera le empieza a salir la costra, es turno para tomar conclusiones más profundas que el análisis somero de lo ocurrido contra el Rayo. En este Betis los estados de ánimos difieren mucho. No hay un término medio entre la lucidez de Joaquín y la desidia de Tello o la nula incidencia de Lainez; de la fiabilidad de Mandi, el amor propio de Bartra, la contundencia de Feddal o la confianza que transmite Edgar a la indolencia de Sidnei o a la fragilidad de Pedraza.

De la evidente falta de ritmo de lesionados como Carvalho, Juanmi o el olvidado Francis a las ganas de los dos refuerzos. Tan pronto como Aleña y Guido se adapten (y no tienen pinta de tardar mucho) serán fijos para el catalán, quien no pudo contener más sus ganas de volver a la defensa de cuatro y lo hizo en Vallecas. El poco éxito que obtuvo es inversamente proporcional a la intención de Rubi de recuperar al efectivo de ataque que sacrificó para ganar un central ante las carencias en la medular corregidas en enero.

Hoy, ante el siempre combativo Getafe -que apenas va a dejar espacios para asociarse y que castiga los errores propios con rápidas contras y una pegada letal-, todo apunta a que va a apostar por esa fórmula híbrida con la que espera a Guido: con el canterano Edgar cubriendo el pasillo central entre defensa y medular. Sí pierde el empuje de Emerson, sancionado (turno para Barragán); por lo que la poderosa baza de Álex Moreno será más recurrente aún en un día que las bandas serán vitales para abrir huecos en la muralla azul y llevar el balon arriba, donde Loren, que marcó el jueves, podría volver a rotar con Borja.

Novedades en el Getafe

• Pendientes del estado de Ángel hasta última hora: José Bordalás esperará a la suave sesión de activación de hoy para saber si puede contar con Ángel Rodríguez y Kenedy (ayer trabajaron con el grupo), pero todo apunta a que sí llegan ambos. Sí es baja segura Manojlovic. 

Novedades en el Betis

• Diego Lainez se cae de una lista sin Emerson: Rubi viajó con 18 y dejó en Sevilla a Carvalho y Juanmi, bajas por lesión; a Emerson, por sanción; y a los habituales descartes técnicos como Sidnei, Javi García y Francis, a quienes se suma Lainez. Pedraza vuelve a una lista.